Salomón Faz Sánchez y Jesús González Gortazar durante un evento con pequeñas productoras de todo el país.
Salomón Faz Sánchez y Jesús González Gortazar durante un evento con pequeñas productoras de todo el país.

La política agraria cardenista imaginaba un país en el que el ejido se constituía como el “régimen de propiedad social” capaz de “liberar al trabajador del campo de la explotación y del trabajo a jornal”. Aunque se suele hablar de los casi 18 millones de hectáreas que Lázaro Cárdenas repartió durante su sexenio, sobre todo entre 1936 y 1938, es importante decir que no sólo se trató de un reparto masivo de tierra sino de un cambio de perfil del régimen agrario en México. Es innegable que la política cardenista desestructuró el antiguo régimen rural centrado en el latifundio y minó el poder político y económico de los terratenientes.

Después de la Revolución mexicana, el gobierno inició serias acciones para fundamentar la reforma agraria y redistribuir la tierra de los latifundios a los campesinos y comunidades rurales.

En 1946 la pequeña propiedad en México se refería a las tierras que eran propiedad de campesinos y pequeños agricultores. Estas tierras eran generalmente pequeñas en tamaño y se utilizaban para la agricultura de subsistencia y la producción de alimentos para el mercado local. La pequeña propiedad se convirtió entonces, en una forma importante de propiedad en el sector rural mexicano. En ese año la pequeña propiedad en México tenía las siguientes características:

  • Los predios eran realmente pequeños con un tamaño promedio de 5 a 10 hectáreas.
  • La mayoría de los pequeños propietarios se dedicaban a la agricultura de subsistencia, produciendo alimentos para su propia familia y comunidad, aunque algunos llegaban al mercado local, sobre todo los productores de granos, frutas y verduras.
  • La gran mayoría de tierras eran de temporal, por lo que el mayor número de los pequeños propietarios dependían de la lluvia para regar sus tierras, haciéndolos vulnerables a sequías y a otros fenómenos climáticos.

En general, la pequeña propiedad en nuestro país para 1946 era una forma importante de propiedad en el sector rural, pero enfrentaba desafíos significativos, como la pobreza, la falta de infraestructura y la dependencia de la agricultura de subsistencia.

En un México en donde los recientes cambios a las leyes que refieren a la tenencia de la tierra y la propiedad privada, se da origen a nuestra Confederación en la Ciudad de México (entonces Distrito Federal) el 5 de febrero del 1946 en la casa # 39 de la calle Venustiano Carranza. Así, reunidos y constituidos en Asamblea, los pequeños propietarios agrícolas y ganaderos decidieron constituirse en favor de los intereses de los pequeños propietarios.

En el documento que verifica su constitución, se enuncia organizarse al beneficio de asociación que, para ese momento, otorgaba el Artículo 9º Constitucional para el estudio, fomento y defensa de los legítimos intereses de los pequeños propietarios agrícolas y ganaderos, y la conveniencia que al agruparse se diera. Todo esto fue determinado en diversas juntas preparatorias a las que más de cien agricultores y ganaderos avalaron su calidad de auténticos pequeños propietarios. El texto de la Constitución de esta Confederación señala:

… habiendo manifestado la asamblea su unánime aprobación a lo expuesto… se verifica que están presentes ciento quince propietarios agrícolas y ganaderos que acreditaron su calidad de auténticos pequeños propietarios en las escrituras de sus predios. Posterior a esto, se hizo la declaratoria solemne de haber quedado constituida la Confederación Nacional de la Pequeña Propiedad Agrícola, Asociación Civil.

En la aprobación de los primeros estatutos, se estableció su objeto, enunciándose de la siguiente forma:

  1. El estudio de los diversos problemas que afectan a la pequeña propiedad, procurando su intensificación y desarrollo a través de la conservación y mejor aprovechamiento del suelo, empleando para ello los recursos derivados de la investigación, de la ciencia y de la técnica.
  2. La defensa de los legítimos intereses de los miembros de la agrupación, propugnando porque la pequeña propiedad rural sea rodeada de la protección y seguridad que otorgan las leyes del país.
  3. Propugnar por la derivación del crédito privado hacia la pequeña propiedad con el fin de que la misma pueda disfrutar de préstamos accesibles a bajo interés y largo plazo que le permitan fomentar su producción.
  4. Realizar un amplio programa de educación rural entre sus asociados que permita planear su mejoramiento económico y social en bien del progreso y bienestar común.
  5. Asesorar y representar a sus socios, individual o colectivamente, ante las autoridades federales y locales, ejecutivas, legislativas, judiciales y administrativas, así como ante las instituciones privadas.
  6. Establecer los servicios necesarios, legales, técnicos y de información comercial, en beneficio de sus asociados.

El primer Consejo Nacional Directivo electo durante esta asamblea determinó como su primer presidente al licenciado Alfonso Castillo de Agustí, acompañado de los siguientes cargos: secretario general Ingeniero Alberto Salinas Ramos, secretario de planeación económica Ingeniero Antonio Ramírez R., secretario de educación licenciado Miguel Cantón, secretario de prensa y propaganda doctor Luis Aguilera Olán, secretario de actas capitán Julián Cervantes Ruiz, tesorero Carlos Fernández Vara y como vocales doctor Carlos Sánchez Mejía, licenciado Macedonio B. Gutiérrez, arquitecto Roberto Arguelles, Pablo Capitaine y Saturnino Salgado.

Para el 31 de julio de 1969 se realizó la Quinta Asamblea Nacional, en la que el nombre de nuestra organización se amplió a Confederación Nacional de la Pequeña Propiedad Agrícola, Ganadera y Forestal, incorporando en su nombre a los sectores ganaderos y forestales que participan dentro del marco normativo mexicano en la clasificación de pequeños propietarios.

Para esta Asamblea, la CNPP ya contaba con consejeros de las 32 Entidades Federativas, además de algunos Organismos Nacionales de Productores, precursores de las actuales Uniones Nacionales.

En 1969, la tenencia de la tierra en México estaba influenciada por la Reforma Agraria, que había sido implementada después de la Revolución mexicana. La propiedad de la tierra se dividía en diferentes categorías, incluyendo la propiedad ejidal, la propiedad comunal y la propiedad privada.

Propiedad Ejidal

Se refería a las tierras que habían sido concedidas a los campesinos y comunidades rurales después de la Reforma Agraria. Estas tierras eran trabajadas colectivamente por los ejidatarios, quienes también tenían derecho a recibir una parte de la tierra para su uso personal.

Propiedad Comunal

Tierras que eran propiedad de las comunidades indígenas y rurales. Estas tierras eran trabajadas colectivamente por los miembros de la comunidad.

Propiedad Privada

Tierras que eran propiedad de individuos o empresas. Esta categoría de propiedad era menos común en el sector agrario en 1969.

Para ese año, la tenencia de la tierra en México también estaba influenciada por la política agraria del gobierno, que buscaba promover la Reforma Agraria y la justicia social en el sector rural. El lema que abanderó los trabajos de nuestra Confederación fue “por el fomento y defensa de la pequeña propiedad”.

Para los años subsecuentes, la CNPP logró un gran activismo en los estados del norte del país, y algunos sectores como el algodonero, el cañero, los cafeticultores y los tabacaleros emprendieron una agenda que impulsó sus sectores presionando a las instituciones gubernamentales. Durante su andar, se contó con miembros que fueron electos como Senadores, Diputados, presidentes municipales, que contribuyeron en la defensa y protección de la pequeña propiedad.

En 1977 y bajo la presidencia de Salomón Faz Sánchez, conocido como “Búfalo Mayor”, se adquirió el edificio que alberga las oficinas nacionales bajo el nombre de la “Casa de los Pequeños Propietarios”.

En el sector cañero, la presencia de Jesús González Gortazar fue muy representativa, quien con su liderazgo buscó transformar a la organización nacional desde sus entrañas, ejerciendo gran activismo político al interior del país.

En 1992, el contexto jurídico para los productores agropecuarios en México experimentó un cambio significativo con la reforma al Artículo 27 de la Constitución. Esta reforma permitió la privatización de las tierras ejidales y la creación de un mercado de tierras, lo que afectó directamente a los productores agropecuarios.

Antes de la reforma, el marco jurídico agrario en México se basaba en la Reforma Agraria, que había sido implementada después de la Revolución mexicana. Este marco jurídico buscaba proteger los derechos de los campesinos y garantizar la distribución de tierras.

Sin embargo, la reforma de 1992 cambió este panorama al permitir que los ejidatarios vendieran o arrendaran sus tierras, lo que abrió la puerta a la inversión privada en el sector agropecuario. Esto tuvo un impacto significativo en los productores agropecuarios, quienes se enfrentaron a nuevos desafíos y oportunidades en un mercado cada vez más abierto.

El contexto jurídico para los productores agropecuarios en 1992 se caracterizó por una transición hacia un marco más liberalizado, que permitió la privatización de tierras y la inversión privada en el sector agropecuario.

En este México de transformación, se realiza la Tercera Asamblea General Extraordinaria de la CNPP realizada el 20 de agosto de 1992 en el estado de Guanajuato, en un contexto en donde el presidente en turno, el licenciado Carlos Salinas de Gortari había realizado modificaciones jurídicas y económicas que vislumbraban cambios positivos para los productores agrícolas. En esta importante Asamblea, con el propósito de estar de acuerdo con la modernidad que el país demandaba y dejar de pensar en la palabra “pequeña”, el entonces presidente de la CNPP propone el cambio de denominación para transformarse en la Confederación Nacional de Propietarios Rurales, A.C., apelando a que el nombre refleja una facultad de la organización debido a sus derechos naturales y no una obligación constitucional. La realidad era que se vivía un parteaguas histórico que obligaba a repensar y replantear el trabajo que realizaría la Confederación ante los cambios nacionales y regionales que se vivían en América del Norte con la firma del Tratado de Libre Comercio.

En este período se incorporó el logotipo en donde se representan la pequeña propiedad agrícola con una mazorca de maíz, la ganadera con el perfil de una cabeza de buey y la forestal con un pino. Este logo ha sufrido algunas modificaciones en sus colores y trazos, respetando los tipos de pequeña propiedad, enunciados en la Ley Agraria y que agremiamos, en donde el actual logotipo ha integrado la parte acuícola y pesquera, con unas ondas de agua acompañado de nuestras siglas.

Durante los años subsecuentes, la CNPR y las organizaciones del sector rural fortalecieron su trabajo y en un esfuerzo compartido, lograron que en el año 2001 se publicara la Ley para el Desarrollo Rural Sustentable en el Diario Oficial de la Federación, la cual busca promover el desarrollo integral y sostenible del sector rural en México y de sus productores. Esta ley se enfoca en apoyar a los productores rurales y a sus organizaciones, para que puedan mejorar su calidad de vida y contribuir al desarrollo económico y social del país.

Algunos de los objetivos específicos de la Ley son:

  • Apoyar la capacitación y la innovación para mejorar la productividad y la competitividad de los productores rurales.
  • Fomentar la asociación y la cooperación entre los productores rurales y otras organizaciones para mejorar la eficiencia y la efectividad de sus actividades.
  • Promover el desarrollo sostenible del sector rural, mediante la implementación de prácticas agrícolas sostenibles y la conservación de los recursos naturales.

En resumen, la Ley para el Desarrollo Rural Sustentable es una herramienta importante para apoyar el desarrollo integral y sostenible del sector rural en México, y para fortalecer la lucha de las organizaciones de productores rurales.

Como reflejo de la transformación al interior de la Confederación, para el 2007, la doctora María Esther Terán Velázquez se convirtió en la primera mujer en llegar a la presidencia de la CNPR, A.C.

Durante la presidencia del licenciado Eduardo Orihuela Estefan y bajo el lema “El Orgullo de Ser Productor”, la organización reforzó sus liderazgos con un enfoque más productivo que político, lo que destacó la importancia de tener liderazgos en los organismos que conocieran las problemáticas del sector en todos los aspectos.

Nuestra actual presidenta, la maestra María del Rosario Enríquez Morán, ha transitado un período complicado para el sector agropecuario y sus productores, debido al cambio en las políticas públicas derivadas de la visión gubernamental y las cada vez más crecientes afectaciones por el cambio climático, y con ello, reconfigurar los servicios al gremio que representamos, sin dejar de lado la esencia de nuestros fundadores: la lucha por la defensa de la tierra y la protección del pequeño propietario.

PRESIDENTES

  1. CNPP-Lic. Alfonso Castillo Agustí (1946-1969)
  2. CNPP-Lic. Gustavo Guerra Castaños (1969-1978)
  3. CNPP-Ing. Salomón Faz Sánchez (1978-1983)
  4. CNPP-Ing. Javier Ahumada Padilla (1983-1989)
  5. CNPP-CNPR-Lic. J. Jesús González Gortazar (1989-1995)
  6. CNPR-Sr. José E. Bonilla Robles (1995-2001)
  7. CNPR-Lic. Julián Orozco González (2001-2007)
  8. CNPR-Lic. María Esther Terán Velázquez (2007-2016)
  9. CNPR- Lic. Eduardo Orihuela Estefan (2016-2022)
  10. CNPR-Mtra. María del Rosario Enríquez Morán (2022-2028)