Las mujeres jóvenes que trabajan en el campo son un elemento esencial en el desarrollo del sector agrícola y de las comunidades rurales. Ellas son protagonistas de un futuro sostenible: agricultoras, ganaderas, comerciantes y empresarias que cultivan diferentes alimentos. Además, contribuyen al desarrollo familiar, están a la vanguardia en el desarrollo de innovaciones y en la resolución de problemas. Laila Atkins es un ejemplo de ello y de motivar a más jóvenes en su desempeño y compromiso con el campo.
Agradecemos que quieras compartir con AGROMUNDO parte de tu experiencia y lo que estás haciendo hoy en el sector agropecuario. Por favor háblanos de ti, dónde estás, a qué te dedicas y cómo llegaste al sector agropecuario.
LAILA ATKINS: Mi nombre es Laila Atkins, soy estu- diante de Ingeniería Industrial y Sistemas, tengo 19 años, soy secretaria de la juventud del Sindicato Na- cional de Infraestructura de la Sección 161 del estado de Coahuila, presidenta de la sociedad de alumnos de la Facultad de sistemas de la UAdeC, consejera ciu- dadana juvenil saltillense, participo en las comisio- nes de emprendimiento y política, y presidenta juvenil de la CNPR Coahuila. Toda mi vida he estado rodeada de la agricultura; es una actividad que forma parte esencial de mi historia familiar. La verdad es que no lle- vamos mucho en esto, mi padre fue quien se aventuró en este mundo, y además de enseñármelo, nos heredó su amor y la pasión por lo que hacemos. Desde peque- ña he estado a su lado, él siempre me ha involucrado mucho y me lleva de la mano, por lo que conservo lo que he aprendido, observado y cosechado de varias experiencias que han dejado una huella profunda en mí. En lo que más nos centramos es en la agricultura y ésta ha sido un área en la que considero que ya ha crecido de una manera significativa con mi padre como guía. Con él he aprendido sobre la siembra de distintas hortalizas, como el tomate, el tomatillo, calabazas y, nuestra especialidad, que es el chile morrón. Este año nos aventuramos en probar con melones.
Realizamos un trabajo en conjunto, unos días va él y otros yo. Este año me dio la oportunidad de involucrarme más, sembramos e invertimos juntos, y estoy esperando que tengamos una muy buena cosecha. Nosotros no lo vemos sólo como un negocio, sino como un estilo de vida; trabajamos juntos, aprendemos uno del otro y crecemos como personas día con día.
También nos gusta compartir nuestras experiencias con la gente para que aprendan un poco sobre el valor de la agricultura, porque muchos que escuchan la palabra “rancho”, estereotipan y piensan que sólo es un lugar donde se reúne la familia los fines de semana. Nosotros les decimos que involucra muchas cosas, es un sistema muy complejo que va más allá del entretenimiento, lo hacemos para que tengan una visión más amplia de lo que es el campo, la agricultura y el ganado. Yo aprecio mucho la oportunidad que me brinda mi papá al poder desarrollarme más en este ámbito, porque como toda la vida he estado con él, también surgió un amor por participar en esto y hacer mis propias cosas relacionadas a todo lo del campo.
AGROMUNDO: Decías que tienen poco tiempo trabajando en este sector, ¿de cuánto tiempo estamos hablando?
LAILA ATKINS: Pues yo diría que tal vez unos 25 años. Él de joven estaba buscando varias experiencias y su padrino fue el que le enseñó este mundo, a mi papá le gustó mucho, le pareció interesante, siempre ha sido una persona que lucha por lo que quiere, y él deseaba tener un rancho; gracias a Dios hoy lo tenemos. Ha creado una empresa familiar en donde nos ha involucrado a todos.
AGROMUNDO: ¿Qué nos puedes contar de tu familia? ¿Cuántos son?
LAILA ATKINS: En casa somos seis, mi papá y mamá, tengo dos hermanas y un hermano, y yo soy la mayor. Trabajamos mucho en familia. En pandemia desarrollé un proyecto junto con mis hermanas que fue de huevos orgánicos, después, junto con mi papá estamos trabajando un biofertilizante que sirve contra el deterioro de las tierras y brinda un mejor producto a todos los consumidores. Todo lo que nosotros producimos se queda aquí en México. En años anteriores sí exportábamos y, de hecho, después de la pandemia se nos hizo más sencillo a nosotros moverlo dentro de México.
AGROMUNDO: Cuando estábamos preparando esta entrevista nos comentabas que es la primera vez que tú estás encargándote de sembrar una hectárea de calabaza y de chile morrón, ¿cómo ha sido para ti llevar un ciclo bajo tu responsabilidad?
LAILA ATKINS: Ha sido un reto porque antes mi papá llevaba todo: las cuentas de semillas, inversiones, buscaba compradores, contrataba a la gente que nos iba aapoyar los días de cosecha o para aplicar el fertilizante y los días de fumigación, pero este año me dijo, “bueno, tú ya has aprendido cómo se hace y te toca hacerlo a ti, porque no es lo mismo ver a ponerlo en práctica”. Uno cree que es sencillo, pero cuando lo haces, te enfrentas a muchas adversidades. Mi papá no me ha dejado sola, me dijo: “si batallas en algo, puedes acudir a mí”. Ya aprendí dónde se compran las semillas y los fertilizantes, las épocas para preparar las tierras y en esta ocasión me apoyó la gente que colabora con nosotros. Revisé el calendario para programar cuándo preparar la tierra, cuándo comenzar a hacer las semillas, la fecha de trasplante, los días y horarios de riego, la
aplicación del fertilizante y del suplemento. Al principio no me sentía tan segura, pero a estas alturas ya me siento bajo control, más relajada y me gusta mucho. La calabaza se cosecha aproximadamente cada 23 días, y tengo ubicado un comprador específico en una de las bodegas del mercado de abastos.
AGROMUNDO: Y en este período, ¿cuáles son algunas de las problemáticas que has enfrentado?
LAILA ATKINS: Con el cambio climático ya no se puede confiar tanto en las predicciones que hay, hace como un mes cayó una helada, no fue tan fuerte como para terminar con la siembra, pero sí la afectó. Le pedí apoyo a mi papá y me dijo lo que podía aplicar, cómo cuidarla y los tiempos para regarla. Sentí que iba a perder todo, pero gracias a Dios se pudo salvar y estoy muy feliz por el apoyo que me brindó. Recuerdo que en otro cultivo tuvimos cenicilla y fue un proceso largo para lograr quitarla, pero también se pudo, y después la siembra continuó perfectamente.
En temas de jornaleros, yo trabajo de la mano con jóvenes de los ejidos aledaños, porque siento que como jóvenes tienen mucha energía y busco gente que quiera trabajar, los busco personalmente y les digo los días que son de corte. Son jóvenes muy entusiastas, incluso me preguntan acerca del tema y me dicen que también les gustaría comenzar en esto. Les he comentado que, si algún día se animan, yo también les podría apoyar y compartir lo que sé, tal y como mi papá me transmitió sus conocimientos.
Considero muy importante esta parte del apoyo entre jóvenes, porque el tema de la agricultura ya no es un tema muy sonado, varios jóvenes le están sacando la vuelta y no hay que permitir eso.
AGROMUNDO: Con esto que comentas pareciera que, para muchos de los hijos, nietos de los agricultores en todo el país, la agricultura no se ve como una actividad que les permita desarrollarse, que sea negocio y de interés. ¿Tú qué consideras que es importante hacer para despertar el interés en estos jóvenes y regresen a trabajar en el sector?
LAILA ATKINS: Definitivamente uno de los mayores retos que enfrentamos hoy en día en el sector agrícola es el generacional. He platicado con varios amigos que me dicen que sus familias antes también sembraban, pero que no le veían futuro a eso y dejaron de lado el trabajo de sus ranchos, abandonándolos y yo sí me pregunto, ¿cómo es posible que desaprovechen estas oportunidades? Tienen creencias o estigmas de que eso no funciona, que es mejor dejarlo y por lo mismo cada vez menos jóvenes están interesados en incorporarse en este ámbito. Yo siento que muchos perciben la agricultura como una actividad agotadora, poco rentable o anticuada, cuando en realidad yo siento que es un mundo lleno de oportunidades y con un impacto directo en la sociedad y en el medio ambiente agrícola; debemos transmitir y enfocarnos en lo que es el lado positivo como la innovación tecnológica, las posibilidades de emprender la conexión con la tierra y la capacidad que tenemos de cambiar el mundo con prácticas sostenibles, es un espacio donde los jóvenes podemos marcar la diferencia, comenzando desde cero o con un legado familiar, existe la oportunidad, está ahí presente y sólo se trata de tener ganas de sacarlo adelante. También es importante impulsar a los jóvenes a involucrarse y darles las herramientas necesarias, crear espacios donde puedan aprender y aportar sus ideas, todos acompañados de los que tienen experiencia, como lo hace mi papá conmigo. No se trata sólo de preservar el sector, también de transformarlo con nuevas perspectivas para lograr que vean la agricultura como una opción viable, algo moderno, que tiene mucho potencial, yo siento que se podría superar esta brecha generacional si empezamos a formar y a garantizar un futuro más sólido para el campo.
AGROMUNDO: En esta experiencia que tú estás teniendo, de lo que has aprendido con tu papá y estás trabajando, ¿qué podrías decir que le has impregnado para hacerlo distinto a tu papá? O a futuro, ¿qué visualizas para hacerlo diferente de como ha sido antes?
LAILA ATKINS: Yo estoy desarrollando unos biofertilizantes que apliqué en mi siembra, y pensé cuál era la mejor manera de poner a prueba lo que estaba desarrollando. Y lo lógico era usándolo en mi siembra, por lo que tuve resultados muy favorables, vi un cambio en comparación con el que tuvo mi papá. Además estoy trabajando con la regeneración del suelo y también en la mejora del fertilizante que estoy usando.
AGROMUNDO: Es una fórmula tuya, estás inspirada en algo, apenas lo estás elaborando y practicando para posteriormente comercializarlo, ¿cómo estás trabajando este tema?
LAILA ATKINS: Como me involucro en el medio agrícola, identifiqué varias barreras y problemas, por ejemplo, con gente que no contaba con el recurso del agua que es vital, y en mi caso fue que reconocí el uso de productos no responsables ambientalmente, que generan un impacto en el suelo, el cual se encuentra muy dañado. Considero que el uso de fertilizantes que contienen muchos químicos han deteriorado la tierra, por eso surgió la idea de crear un biofertilizante. Se me
hizo una idea creativa y efectiva que tomé como un emprendimiento. Soy una persona que le gusta tener varias cosas, por ejemplo, con la comercialización de huevos, después decidí trabajar en la agricultura con la formulación de este biofertilizante hace como un año y, buscando mejorar la calidad de los suelos e incrementando la producción agrícola, es un proyecto sostenible que aprovecha también los residuos orgánicos, hecho a base de estiércol del ganado que tenemos, lo que algunos
podrían considerar como un desecho, nosotros lo transformamos en una nueva forma de vida. A futuro busco que este producto no se limite solamente a las hortalizas, sino también poderlo aplicar en arbustos y árboles.
Desde que lo estoy aplicando he notado varios resultados, por ejemplo, una eficiencia mejorada en el rendimiento, la sostenibilidad ambiental y una relación costo-efectividad, ya que no es tan caro como otros productos. Por otro lado, me parece muy importante lograr hacer ese match de agricultura y emprendimiento juvenil, en donde se vea que inviertes y puedes obtener un beneficio económico.
En el tema del cuidado medioambiental, también estoy haciendo otros manejos, como el uso del agua y las horas de regado, estuve investigando que dependiendo de la hortaliza se debe de realizar en ciertas horas el regado. Por ejemplo, para las calabazas era bueno regarlas durante el día para que absorbieran bien el agua, pero también durante la noche para que el agua no se evaporara con el calor; de noche el agua permanece más tiempo ahí y también las hortalizas la absorben de distinta manera, aprovechan mejor los nutrientes. Ahora medimos mucho los tiempos, somos muy conscientes de que no falte lo necesario, ya que no sirve de nada regar de más las plantas porque no aprovechan al máximo el recurso, se estancan y si las riegas muy poquito no crecen. Estamos aprendiendo a aprovechar todos los recursos que nos da el medio ambiente de manera sostenible y responsable. Porque hay que aceptarlo, el mundo ya no es como antes, estamos enfrentando diversos retos, varias adversidades y estamos a tiempo de enfrentarlas.
AGROMUNDO: Nos compartías sobre la innovación en una granja de huevo, ¿de qué manera se desarrolló esta idea y qué consideras que pudiera funcionar como un ejemplo para muchos otros jóvenes que no saben hacer este tipo de cosas?
LAILA ATKINS: Este proyecto comenzó en 2020, en ese entonces tenía 15 años y lo desarrollé en conjunto con mis hermanas, comenzó como un método de distracción en un momento complicado por todo lo del COVID, nos sentíamos muy encerradas y dijimos, ¿qué podemos hacer para distraernos, pero que valga la pena? Y la verdad es que mi papá nos sugirió eso. Y de un pasatiempo, se convirtió en algo mucho más grande. Como toda la vida hemos estado involucrados en temas de producción, nos hizo pensar que trabajar juntas en esto nos ayudaría a tener un impacto positivo y dijimos: “vamos a crear El Gallinero de la Señora Yellow”.
Este proyecto consiste en la producción de huevos orgánicos, donde cuidamos cada detalle para asegurarnos de que nuestras gallinas estuvieran en un ambiente saludable, libres de químicos y estrés. Al principio queríamos probar si podíamos lograrlo y recibimos una respuesta sorprendente de la gente. Cuando comenzamos a venderlos había días que no completábamos lo que nos pedían, comenzamos ofreciendo aquí en la colonia y después le ofrecimos a las mamás del colegio y comenzaron a pasar la voz a sus amigas, y entonces se volvió en algo con un impacto local, superó nuestras expectativas y nos motivó a continuar con este proyecto.
AGROMUNDO: ¿Con cuántas gallinas comenzaste y cuántas tienes hoy?
LAILA ATKINS: Al inicio teníamos 200 pollitos, pero se nos murieron alrededor de unos 80 o 90 por nuestra falta de experiencia, entonces nos quedamos con 100 gallinas y después se peleaban entre ellas y no sabíamos qué hacer. Aprendimos que teníamos que separarlas, que no debían de estar tantas juntas en un mismo espacio. Aprendimos a distribuir mejor la comida, porque al momento de darles de comer era cuando se peleaban y algunas quedaban muy lastimadas; también hubo un tiempo en el que bajó la producción. Para esto, hemos contado con el apoyo de distinta gente que conocía sobre el tema y se han portado muy bien, nos explicaron, nos decían cómo alimentarlas, qué incluir en su comida, y tomamos en cuenta todos los consejos. También nos asesoraron en el espacio, cuando crecieron tuvimos que adaptar el espacio, porque nosotros mismos las estábamos estresando en el rato que las guardábamos por la noche para cuidarlas de los animales que hay alrededor y que las podían matar. Aplicando todos los consejos, volvió a incrementar la producción.
Hoy tenemos alrededor de unas 300. Y nuestros clientes se han diversificado, además de algunas tiendas que ya nos compran periódicamente. Es un negocio que trabajamos en conjunto las tres hermanas y al que hace poco se incluyó a mi hermano. Para las entregas, se aprovechan las vueltas al rancho y entonces no queda como algo pesado. Vamos un día si y un día no, y
el capataz nos apoya en la recolección de los huevos. Y nos ha ido tan bien que hasta nos dimos el tiempo de crear una marca y un logo. Es importante mencionar que la constancia influye mucho, no rendirse y también la seguridad de contar con personas experimentadas a quienes puedes preguntarles cualquier cosa. Influye mucho que los adultos nos quieran enseñar a los jóvenes; hace la diferencia sumar experiencias y el conocimiento de los demás, de la generación que sean y, sobre todo, que tú experimentes y veas también qué sí te funciona y qué no; eso también te ayuda a crecer y a mantener y hacer tu propio estilo para producirlo.
AGROMUNDO: A futuro, ¿qué proyección tienes, Laila? ¿Qué estás pensando hacer? ¿Qué sigue en estos pasos que estás dando como emprendedora?
LAILA ATKINS: En la parte de los huevos y una vez terminados todos mis estudios, tengo planes grandes para adquirir más gallinas y crear una marca de huevo que distribuya a nivel local o alrededor de México; soy muy positiva con esa idea, espero cumplirla. Con el tema de los biofertilizantes también, espero tener una marca ya registrada, con un buen mercado que se distribuya en todo México. La verdad es que soy muy entusiasta con esa idea y espero pueda lograrlo, que no sea sólo un proyecto, que se convierta en algo concreto. Y en la parte agrícola, quiero exportar de nuevo; más adelante me gustaría sembrar chile morrón, que es al que le agarré más amor porque en éste mi papá se ha especializado. Además, quiero tener mi propia siembra de chile morrón y me gustaría exportarla.
Otra cosa que me motiva es ver a tantos amigos y conocidos, o incluso las personas, los jóvenes que trabajan conmigo en los ranchos, que me digan, “oye, ¿cómo se hace esto?”; “¿me puedes platicar cómo lo haces, qué cosas ocupas?” Este interés es una motivación porque pienso que me están tomando como ejemplo y también tienen la confianza de preguntarme. Creo que me ven como una guía y eso me impulsa mucho a continuar.
Como joven estoy muy convencida de que somos fundamentales en el sector agrícola porque aportamos innovación, nuevas ideas que pueden transformar la forma en que producimos y también cuidamos el medio ambiente. Yo insisto mucho en el medio ambiente porque he notado varios cambios, por ejemplo, el año pasado se nos bajó el pozo de agua y tuvimos que adecuar las maneras en que regábamos, lo cual se regeneraba en algún tiempo, y ya no se hace como antes y ahora afecta los sembradíos. Los jóvenes somos el presente porque estamos tomando acciones sin importar la cantidad que seamos, y me gustaría que más jóvenes estén involucrados en el campo porque también somos el futuro, nos toca asegurar la sostenibilidad y la seguridad alimentaria para próximas generaciones.
Es fundamental impulsar a más jóvenes a ser partícipes en este mundo que está lleno de experiencias, con un sinfín de oportunidades, y de conocer gente maravillosa. También hay que aprovechar que contamos con el apoyo de nuestros padres, de conocidos, de varios expertos en el área, y ellos nos pueden guiar y compartir todas sus experiencias. Estamos en el momento justo en que hay una generación que está tomando mucha responsabilidad y está buscando cómo hacer las cosas diferentes y que tienen un gran reto por delante.
Como mujer, es necesario que más mujeres se involucren en la agricultura. Es un sector que está lleno de oportunidades donde podemos crecer y también generar un impacto positivo, no sólo nos va a conectar con la tierra, sino que también nos ofrece un campo lleno de oportunidades para implementar diversas ideas, aplicar tecnologías sostenibles (que es como lo que estoy desarrollando) y mejorar la producción de manera responsable. Yo les digo a mis amigas que no tengan miedo de empezar, ni que cierren su mente a todas las posibilidades que hay porque la verdad sí vivimos en un mundo dinámico y complejo.
Ser joven y ser mujer resulta un doble reto para impulsarte y seguir adelante, y romper las barreras que se tienen en el sector. Por eso les digo, “tú no tengas miedo, si quieres sembrar, yo te puedo compartir; tal vez no sé mucho, pero puedo compartirte lo que sé, y puedo conectarte con gente que sabe escuchar y platicar las ideas y dudas”.
AGROMUNDO: Tengo una última pregunta para ti y tiene que ver más con esta parte de la organización. Yo sé que estás participando activamente en la Unión Juvenil de la CNPR y hoy es muy complicado. Actualmente hay una interrogante muy fuerte sobre el papel de las organizaciones en el sector, ¿cómo crees que estar organizados podría ser benéfico para los jóvenes en el país y, en específico, para nuestra organización?
LAILA ATKINS: Para comenzar, con las personas que he conocido y que voy a trabajar en conjunto, estoy muy satisfecha, porque sé que todos son jóvenes muy enfocados, tienen la idea de dar a conocer más sobre el mundo de la agricultura y la ganadería, quieren romper los estereotipos que se tienen acerca de todo este mundo del campo. En ese sentido, es muy importante que compartamos nuestras ideas de cómo percibimos y cómo perciben los demás este sector, queremos dar a conocer que es un mundo muy completo, con oportunidades, experiencias y conexiones. También es fundamental conocer las expectativas de todos, qué les gustaría hacer para cambiar, qué les gustaría que el mundo supiera, qué desearían contarles a los jóvenes para impactarlos de manera positiva y que se sientan atraídos a este campo. Considero muy importante escuchar a cada quien porque todos tienen ideas diferentes, todos tienen cosas que aportar y así lo unimos en conjunto.
Mucha gente no está informada de la existencia de las organizaciones sociales, por eso es relevante que todos los elementos difundamos su existencia y comunicar los beneficios que pueden encontrar, los servicios que ofrecen y que encuentras proveedores, historias de vida, experiencias que te pueden aportar. La CNPR tiene el potencial para impactar en todo México, en el ámbito del campo, porque está compuesta por gente de todos los estados. Yo sé que, mensualmente, en esta revista entrevistan a personas que cuentan sobre sus vidas, la labor que hacen en el campo, y eso es lo que puede inspirar a otros a comenzar a adentrarse en este mundo o a no dejarlo.
Además, nos gustaría realizar algunas actividades, como un foro donde jóvenes vayamos a platicar lo que hacemos o el uso de las redes sociales para compartir experiencias o información que pueda ayudar a otros; hay que aprovechar las redes sociales que son un excelente método para compartir información, y canalizar la fuerza que eso nos podría brindar.
Queremos compartir: ¿Qué es la CNPR? ¿Qué queremos hacer? Si les gustaría formar parte o ser invitado y platicarnos sobre sus experiencias, recibir dudas, difundir quiénes de los que conforman la CNPR Juvenil sabe sobre el tema e invitarlo a platicar y subir su testimonio en redes sociales. Deseamos difundir mucho más los esfuerzos que están realizando, y con esto podríamos captar la atención de gente que aún no está involucrada y quiere informarse más del tema.
Como representante de la Unión Juvenil en Coahuila, estoy muy emocionada por comenzar a trabajar de manera oficial, tengo muchos proyectos en mente, mi equipo y yo podemos crear un impacto positivo. Inspirar a más jóvenes, ver que hay gente que está haciendo cosas diferentes, y que te puedes sumar a esos esfuerzos y compartir tu experiencia y aprender de la experiencia de los demás. Me di cuenta de que somos un grupo de jóvenes que amamos lo que hacemos, pero también que estamos muy comprometidos con trabajar en esta asociación.
AGROMUNDO: Agradecemos tu tiempo, el espacio y, principalmente, que hayas compartido tu experiencia. Estamos seguros de que quienes lean esta entrevista verán reflejados en ti mucho de lo que quieren o desean para sus hijos.