En esta edición, AGROMUNDO entrevistó al director general del CIMMYT, el Dr. Bram Govaerts, quien dirige uno de los organismos internacionales más importantes en te- mas de innovación tecnológica y erradicación de la hambruna en el mundo. Sus aportaciones al debate nacional respecto al modelo…
México hoy vive una situación que impone grandes retos para los productores primarios. En el centro de la preocupación está la posibilidad de garantizar la suficiencia alimentaria y la eliminación del hambre, elevándola así a un asunto de seguridad nacional. El abasto oportuno de alimentos es fundamental en la consecución de justicia y paz social. En nuestro país seguimos registrando la presencia de niveles inadecuados de nutrición y, desgraciadamente, de hambre en algunas regiones. La crisis climática, manifestada por el aumento de la temperatura global, la modificación en los patrones de lluvia, aunada a la escasez de agua, el costo de la energía y los aumentos constantes a los insumos productivos, están generando –en su confluencia– una situación que indica una gran afectación en el sector agroalimentario. De alguna forma, en nuestro pasado reciente, el interés nacional fue que- dando paulatinamente subordinado al interés global; y el interés general al interés particular, los afanes de producción y empleo del país a las ventajas simples del comercio, así como la soberanía y seguridad alimentaria a la dependencia del mercado internacional.
Las asimetrías presentes entre la normatividad general para la sustentabilidad y sostenibilidad, contrastadas con la realidad de la gobernanza de cada país, nos obligan al análisis y la reconsideración de la situación del campo y la producción de alimentos. Hoy no sólo exigimos que los productores primarios aseguren la suficiencia alimentaria rumbo al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 que ha establecido la ONU, sino que adicionalmente deben conseguirlo con prácticas sustentables y sostenibles, satisfaciendo las necesidades del presente sin comprometer las de futuras generaciones. Un mundo marcado por superávits de producción y precios definidos por los mercados internacionales ha impuesto grandes presiones a los agricultores mexicanos, sobre todo a los de granos básicos en los últimos dos años. Esto hace necesario revisar y evaluar en el corto, mediano y largo plazo, cuál tiene que ser la política pública que debe operar para asegurar la producción de alimentos y mejorar los márgenes de utilidad de los productores, garantes en primera instancia de la eliminación del hambre en nuestro país. La situación actual ha sido el resultado no sólo de la política agropecuaria, sino de la política comercial, la cual hace que el país sobresalga en exportaciones agroalimentarias, en productos específicos, al tiempo que su volumen de importaciones de granos básicos sea cada vez más importante. Esto pone el foco en el origen de los alimentos de la canasta básica que los mexicanos consumen y la dependencia, cada vez mayor, de otros países productores. La reorientación del gasto público y los requerimientos de los programas sociales eliminaron las medidas compensatorias de soporte sustituyéndolas por asignaciones directas a productores sociales. Sin duda esta política debe continuar, pero la evidencia de los últimos ciclos nos señala que para mantener nuestra estructura productiva nacional en el sector primario es fundamental reinstalar las medidas compensatorias que permitían una actividad agrícola, pecuaria y pesquera rentable.
En esta edición, AGROMUNDO entrevistó al director general del CIMMYT, el Dr. Bram Govaerts, quien dirige uno de los organismos internacionales más importantes en te- mas de innovación tecnológica y erradicación de la hambruna en el mundo. Sus aportaciones al debate nacional respecto al modelo productivo primario del país son trascendentales. También exploramos la reciente información sobre la evolución de los niveles de alimentación, pobreza, suficiencia alimentaria e ingreso registrados por el Coneval, así como en el contraste de las regiones y la dotación de recursos productivos en esta ruta de avanzar en la consecución de la seguridad alimentaria. En Historias de Cambio conoceremos la importancia nutrimental y productiva de los maíces criollos mexicanos y su conservación. En Jóvenes de Hoy compartimos la historia de nuestra representante en Coahuila y cómo ha emprendido en temas de biofertilizantes, producción de hortalizas y una granja de huevo orgánico, acompañada por las recomendaciones y consejos de muchos habitantes de su estado. Por último, describimos la reciente forma del nuevo PACIC, en el que se busca mantener los precios de 24 productos de la canasta básica y proteger la alimentación de los mexicanos.
A la luz de la evidencia, será necesario revisar y re- pensar cuál es el camino que deberemos seguir para lograr que nunca un niño mexicano sufra hambre.
Rosario Enríquez Morán
Presidenta de la CNPR
El Dr. Bram Govaerts, director general del CIMMYT, recibió a AGROMUNDO para compartir el gran quehacer científico que este organismo internacional realiza en favor de la producción de alimentos en el mundo. El reconocimiento al logro de los propósitos del CIMMYT es indiscutible cuando se tiene un impacto en el 70% del trigoque se produce en el mundo y el 50% de las variedades de maíz.
AGROMUNDO: A partir del legado de Norman Borlaug, que dio origen al CIMMYT, ¿cuáles son los principales retos de sus investigadores, multi y transdisciplinarios, que enfrentan en el mundo y en México para incorpo- rar con los agricultores las prácticas que ustedes tienen y difunden de la semilla correcta y la agricultura de conservación a partir del método take it to the farmer? ¿Podría ahondar a qué se refieren estas prácticas?
DR.BRAMGOVAERTS:Me da muchísimo gusto que estén aquí, nos hacía falta esta comunicación directa. Desde que el Centro se estableció en México, incluso cuando el Dr. Borlaug llegó aquí hace más de 80 años, y a lo que en ese momento era la Oficina de Estudios Especiales, tenía la inquietud de que las innovaciones surgidas desde la ciencia llegaran a los productores. Cuando inicié en el CIMMYT, hace poco más de 15 años, aún vivía el Dr. Borlaug y, en su última visita a Ciudad Obregón, me dijo: “te encargo take it to the farmer”, porque una de sus preocupaciones –que desde entonces se volvieron mis preocupaciones también– era que las innovaciones del CIMMYT se ex- tendieran a todo el mundo, pero también a México en donde, en ese momento –hace más de una década–, la relación con los productores no era tan estrecha y los retos ya exigían que los productores y el Centro fueran mucho más cercanos. Es cuando hicimos MasAgro, un programa que apoyó a más de 500,000 productores.
Esa misma filosofía sigue hoy, es la filosofía de take it to the farmer: garantizar que lo que hacemos llegue a los productores. En México, básicamente todas las semillas de trigo que se siembran vienen de la investigación del CIMMYT en conjunto con el Inifap (Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias), con quienes trabajamos estrechamente estas variedades y las estrategias que permitan tener impacto en el campo.
Cuando revisamos qué estaba haciendo el Centro, diseñamos la estrategia 2030 de la institución, con la que queremos resaltar la necesidad de un pensar más sisté- mico. ¿Por qué? Porque nos dimos cuenta de que la semilla sola no resuelve las cosas, es como tener un Ferrari y correrlo en terracería en donde no podrá alcanzar los 230 km/h de lo que es capaz, por eso debes tener el camino pavi- mentado. El camino pavimentado es la agronomía. Adicionalmente, decimos que, si pones a un niño de 3 años o 7 años en el Ferrari con el camino pavimentado, va a chocar el coche, por eso también hay que aprender a manejarlo, aprender a ver las señales. En ese sentido, es necesario proveer capacitación a los productores y entender hacia dónde quieren ir, porque ellos tienen que decidir cuál es la meta a la que se dirigen. Por último, si tienes un Ferrari, entendido como la semilla, si tienes el camino equivalente a la agronomía y la agricultura de conservación, si tienes al conductor capacitado, pero ven- das los ojos del conductor y le tapas los oídos, indiscutiblemente va a chocar el coche. Entonces, lo que necesitamos garantizares que a los productores les llegue la in- formación, los datos para poder to- mar una buena decisión. Creo que es justamente parte de lo que las plataformas de comunicación, o los medios en general, pueden contribuir, para que ellos tengan más información en la toma de decisiones, porque al final, el conductor y el que apunta hacia dónde se va, es el productor.
Ese mismo productor debe regresarnos información para que nosotros podamos hacer una mejor investigación, ya que el gran reto es cómo aseguramos que todo este trabajo en conjunto funciona. En la experiencia hemos aprendido muchas cosas y creo que México tiene una gigantesca oportunidad de equipar a sus pequeños productores para ser competitivos y ser la solución del cambio climático, pero necesitamos que todo el conjunto alrededor de ese productor o productora funcione para que puedan tomar las decisiones pertinentes y tengan acceso a la tecnología adecuada, porque también pasa al revés, el productor sabe cuál es la mejor decisión, pero no tiene las herramientas para implementarla, entonces es igual de frustrante cuando sabes a dónde ir pero no tienes el empoderamiento o el acceso a lo que te puede hacer llegar ahí.
El CIMMYT quiere trabajar muy fuerte esa atención integral, no solo ser un generador de semillas, sino generar todo el conocimiento de agricultura, conservación, de mercados, de mejores prácticas, por un lado y, por otro lado, poder catalizar todo el ecosistema de colaboradores que se necesita para que esto funcione. Ahí están ustedes como organización, están las empresas, el que compra, el que vende, pero en el centro de todo esto se encuentra el productor porque en última instancia es quien debe tomar las decisiones.
AGROMUNDO:¿Qué experiencia tienen en otros países con las pequeñas parcelas de producción? ¿Qué tan difícil es hacerlo en comparación con el trabajo de grandes productores?
DR. BRAM GOVAERTS: El CIMMYT fuera de México, en otros países, ha sido extremadamente exitoso con pequeños productores. En África, por ejemplo, no hay grandes productores, la mayoría de los productos con quienes se trabaja son pequeños productores. Si nos vamos a la India, las áreas en donde tuvimos muchísimo éxito son las que se llaman los Indo Gangetic Plain, con sistemas de arroz y trigo, y todos son pequeños productores, ya que por el tema de la sobrepoblación, toda la tierra está muy dividida, por eso tenemos una larga trayectoria en el trabajo con pequeños productores.
Ahora bien, considerando una intervención sistémica, los pequeños productores tienen una agilidad de adopción que los grandes productores a veces no tienen; a lo que me refiero es que el pequeño productor puede ejercer grados de libertad e innovar más fácilmente porque puedes controlar mejor un terreno pequeño. El productor grande ya tiene un proceso, maquinaria andando; cambiarle una cosa es complicado porque, además del riesgo, si modificas algo vas a afectar grandes superficies. Para nosotros, el tema de innovación se encuentra en potencia con los pequeños productores.
Cuando el CIMMYT inició su trabajo en México, mayoritariamente fue con productores en el Bajío y en Sonora, que hoy son grandes productores, pero no lo eran cuando comenzamos a trabajar con ellos hace muchos años. Hoy, la mayoría de nuestro trabajo es en el sursureste de México. No hemos dejado de proveer nuevas semillas y prácticas mejoradas a los grandes productores, pero mucho del actual trabajo de innovación está ocurriendo en estados como Oaxaca, Chiapas, Tlaxcala, con productores de pequeña escala. También participamos en la organización social, porque ese es un factor fundamental. Con el nuevo rumbo del CIMMYT, esa parte del tejido social es para nosotros muy importante. Recientemente hicimos una revisión de la historia del CIMMYT y uno de los temas que nos pareció muy importante fue la incorporación de una directora para los temas de género, equidad, la inclusión social y jóvenes, quien está trabajando con personal de las áreas de investigación y de organización, ya que debemos partir desde nosotros en cómo analizamos los problemas y cómo iniciamos nuestra investigación considerando estos temas sobre el tejido social.
Todas nuestras innovaciones tienen que estar listas para apoyar o, por lo menos, siempre ser respetuosas del tejido social y la cultura. En la actualidad, la prioridad en las variedades no es el rendimiento; si tenemos que escoger entre una variedad con alto rendimiento, pero baja calidad para procesamiento en la cocina, y una variedad con me- nos rendimiento, pero con alto con- tenido de zinc y altos contenidos nutricionales, vamos a optar por la segunda. Hace 60 o 50 años el rendimiento era más importante que cualquier otro factor, pero ahora sí hay un cambio en este sentido; lo mismo con la maquinaria de antes y la de innovación porque ahora se impulsa una mecanización a escala adecuada y climáticamente inteli- gente. Cuando se incursionó en ese ámbito buscábamos ciertos resultados. Hoy la maquinaria que sale del CIMMYT debe tener por lo menos una opción para que también la mujer pueda manejarla, manipularla o trabajarla. Yo mismo tengo la experiencia de Etiopía donde muchas de las tierras no podían ser trabajadas por las mujeres, ya que no tenían permitido culturalmente que trabajara con animales. Por eso encontramos ahí la necesidad de desarrollar maquinaria pequeña.
AGROMUNDO:Dentro de la experiencia internacional Doctor, ¿han encontrado ustedes alguna fórmula de organización social que funcione mejor que otras? Por ejemplo, en México tenemos los ejidos, tierras comunales, colonias o cooperativas. ¿Cuál considera que funciona mejor?
DR. BRAM GOVAERTS: Hay muchas construcciones sociales y creo que la construcción per se no es el tema. El asunto es la conciencia de las relaciones de poder; las cosas funcionan mejor cuando estamos conscientes de esas relaciones, en donde de entrada aseguramos que todos tienen una voz alrededor de la mesa. Dentro de esto todavía hay muchos modelos. Si estamos conscientes de las relaciones de poder, podemos influir en ello y manejar positivamente. Siempre habrá una construcción social y eso inherentemente tiene una relación de poder que puede ser de muchos tipos, institucionalizada o informal. La relación de poder per se no es mala, sino el mal uso de esa relación de poder y excluir a individuos del grupo, lo cual fomenta que haya pocos que ganen y muchos que pierdan. Ese es un mal uso de dicha relación de poder. Creo que los modelos que tratan de ser equitativos deben asegurar que todos crezcan, es decir, no se trata de distribuir la miseria para que todos estén igual. Es la distribución justa de la riqueza, el conocimiento y el poder lo que permite avanzar socialmente en la dirección correcta. En ese tema, cada país debe tener una conversación y decidir cuál es el rumbo que quiere seguir.
La dirección correcta es, regresando a la analogía del coche y los caminos, no en sentido de la corriente política. Tú puedes decidir las direcciones hacia dónde quieres ir y a dónde quieres llegar, entonces ahí el CIMMYT ha desarrollado muchas metodologías que han sido exitosas en esos países donde hemos podido hacer un ejercicio de determinación de rumbo, un ejercicio de construcción que llamamos escenarios transformacionales, lo que significa que nos juntamos con todos los actores y construimos potenciales escenarios. Ninguno es bueno, ninguno es malo, todos diseñan un potencial futuro y luego pueden hacer las cosas, escogen el escenario que consideran el mejor que pueden alcanzar. También pueden decir “no sabemos cuál de estos es el mejor, pero podemos hacer estas cosas que son buenas en cualquiera de los escenarios proyectados”. A partir de este ejercicio, hay países en donde nos han permitido, junto con sus instituciones, diseñar el plan táctico que apoye el camino hacia esos escenarios. El plan táctico suena a algo muy elevado, pero es básicamente identificar los motores de cambio, qué se tiene que hacer y en qué tienen que enfocarse, dando el siguiente paso para que el CIMMYT gestione la implementación de ese plan; un ejemplo muy reciente fue en varios países de África, donde previeron que iba a haber otra crisis derivada de los efectos de El Niño, fenómeno meteorológico que también pega en África y genera sequías muy fuertes. Para estos países, el CIMMYT diseñó un plan que se hizo llegar a los productores, incluyendo agricultura de conservación y semillas resistentes a la sequía. Teníamos millones de hectáreas con semillas resistentes a la sequía. Esto hizo que, en países como Tanzania, Zambia o Malaui, El Niño no tuviera el impacto devastador que pudo haberse dado. Esas semillas venían de la biodiversidad resguardada en el Banco de Germoplasma que el CIMMYT custodia en México. De las diferentes semillas probamos cuáles de ellas eran resistentes a la sequía y fueron parte del mejoramiento que hicimos, en el que juntamos dos semillas, emulando a una mamá y un papá, de los que surge un hijo con las características mezcladas; para las semillas haces lo mismo, pero detenidamente vas escogiendo lo mejor de los dos. Lo importante en ese plan fue que el maíz tiene características de control de plagas, en específico, resistencia al gusano cogollero. Aquí en México se tiene al gusano cogollero, pero en África no lo conocían, no era una plaga que existía, sin embargo, hace 10 años ese gusano viajó con alguien por avión y llegó a África, devastando regiones completas porque los productores no lo conocían, ni sabían manejarlo, incluso aquí en México es complicado hacerlo. Aunque aquí fue fundamental que ya teníamos aprendizajes, lo cual facilitó que nosotros pudiéramos prevenir el impacto de la plaga.
Otro ejemplo de estas conexiones es una enfermedad que se llama UG99, una roya nueva del trigo que apareció en Uganda. Inmediatamente que la enfermedad surgió en África, el CIMMYT investigó toda la biodiversidad de trigo que tenemos porque ninguna de las semillas sembradas a nivel mundial tenía resistencia a la roya UG99. Entonces, lo que hizo el CIMMYT fue, primero, poner un sistema de alerta temprana para ir monitoreando el comportamiento de la UG99. Luego empezamos a desarrollar variedades resistentes en las estaciones experimentales de Toluca, El Batán y Obregón. De todas las variedades sembradas, revisamos cuáles de ellas eran resistentes a la UG99. Las que encontramos resistentes, las incorporamos en el proceso de mejoramiento y todas las nuevas variedades ahora son resistentes a UG99. Esta enfermedad jamás llegó a México por ese trabajo, cuando la probabilidad era muy alta debido a la gran relación e interacción comercial que existe; basta que un solo grano enfermo llegue aquí en un barco y, listo, afecta a todo el cultivo. Por lo que ese intercambio de conocimiento entre continentes, la conexión que realiza el CIMMYT de las realidades internacionales, es también un sistema de prevención poco conocido y visto, pero muy importante.
AGROMUNDO: Lo fundamental para la sobrevivencia de la humanidad, Doctor, porque cualquiera de estas cosas puede pasar en algún momento.
DR. BRAM GOVAERTS: En el contexto que estamos viviendo, incluso es un tema de seguridad nacional. Creo que es trascendental la inversión en agricultura, ciencia e innovación, y la importancia del trabajo de centros como el CIMMYT y sus colaboradores porque nosotros solos no podemos hacer nada, operamos en 80 países y tenemos impacto positivo en ellos. El 70% del trigo sembrado globalmente y 50% del maíz viene de trabajos del CIMMYT. Todo este trabajo no lo desarrollamos solos, lo hacemos con el sistema local de investigación, como el Inifap en México, las ONG locales, las organizaciones de productores locales, las organizaciones de productores, el INEGI, la Universidad Narro o Chapingo, y muchas otras instituciones. Creo que por eso es tan importante el ejercicio de escenarios y de qué futuro se quiere, porque entonces todos sabemos que estamos yendo en esa dirección y así también el CIMMYT tiene que tomar decisiones estratégicas de hacia dónde enfocar sus investigaciones y soluciones, las cuales va a desarrollar en conjunto con estas organizaciones que menciono. En Kenia, por ejemplo, la situación es diferente porque ahí comen ugali, y para nosotros es la tortilla, de manera que los esfuerzos deben dirigirse en garantizar la calidad de esos alimentos básicos.
Una de las cosas que hemos trabajado muy fuerte en este nuevo pensar del CIMMYT es asegurar y hacernos responsables de que la información llegue a los productores, por eso ahora también medimos nuestro éxito como organización a través del hecho de que las cosas lleguen al productor. Antes mediamos qué tan buenos éramos al generar las innovaciones, hoy medimos qué tan exitosos somos siempre que estas innovaciones sean adoptadas por los productores, porque podemos tener muy buenas innovaciones, pero si no llegan al productor, estas no sirven de nada.
AGROMUNDO:En ese sentido, ¿cuáles son los mecanismos que ustedes han desarrollado para poder llegar a ellos?, porque hablábamos un poco sobre esta transición de ser un centro de investigación de semillas para compartir un sistema integral de producción al agricultor basados en la sustentabilidad, entonces, ¿cuáles son los mecanismos que ustedes como organismo están desarrollando para hacer esto más fácil?
DR. BRAM GOVAERTS: Justamente son lo que nosotros llamamos las redes de innovación y hemos generado una metodología, la metodología de los hubs, es decir, los nodos de innovación, en los cuales seleccionamos zonas agroecológicas desde un plan integral para un país o un plan para esa zona agroecológica que tiene necesidades específicas. En México, por ejemplo, los pequeños productores en la zona tropical de Chiapas y la zona de riego triguera de Sonora tienen necesidades de semillas y prácticas agronómicas diferentes. En el caso de Sonora deben ser inicialmente eficientes en el uso de agua, en Zacatecas la agricultura de temporal demanda variedades resistentes a la sequía, entonces incluso el tipo de prioridad que se dé al tipo de intervención depende de esa agroecología, y luego trabajamos con las ONG, la iniciativa privada y organizaciones locales, con el propósito de hacer una red de conocimiento, conectarlos y asegurar que la semilla o la innovación se extiendan adecuadamente al productor. Como ejemplo de esta vinculación, cuando yo llegué a México en el 2010, había muy pocas semilleras nacionales, solo las transnacionales que atendían el norte, y muy pocas semilleras en el centro y sur. Hoy tenemos 60 semilleras nacionales, ¿cuál era el problema? Las semilleras pequeñas no podían, ni tenían la fuerza de investigación que tenían las grandes, y algo sencillo que hicimos en CIMMYT fue que juntamos a las pequeñas semilleras con las grandes.
Deja explicarme, parte del éxito en el CIMMYT es su capacidad de tener sitios de evaluación para entender qué semilla es buena. Entonces, si la compañía grande tenía 150 sitios de validación, una compañía pequeña tenía 2 o 3, ¿cómo iba a poder tener la misma fuerza? Lo que hicimos fue juntar todas las empresas semilleras y pedirles que compartieran sus materiales y siembra entre ellos. Eso parecería contraintuitivo, pero compartieron los sitios y el CIMMYT independientemente recibió los datos de todos, los organizó y el mismo día envió todos de regreso, de manera que de tener tres sitios, cada semillera pasó a tener 150, pero con el costo de tres sitios. Esta multiplicación de beneficios fue posible porque se intercambiaron los datos para todos por igual, donde los mayores beneficios son para aquellos que utilicen esa data para la toma de decisiones.
Otro tema son los extensionistas de gobierno, ¿cómo aseguramos que su extensionismo está basado en conocimiento más reciente? En estos casos a veces hay un desfase, porque como centro generamos los conocimientos, pero en ocasiones los extensionistas están desvinculados completamente de estos nuevos conocimientos. Entonces, ellos pueden estar sembrando algunas semillas mejoradas que resisten, pero quizás ya hay algo mejor, por lo que necesitamos cerrar esa brecha. La metodología del hub busca asegurar que no exista este hueco, no solo para hacerles llegar lo último que tenemos, sino también al revés. Nosotros usamos muchísimo la información que viene de los extensionistas para identificar lo que realmente le funciona al productor.
AGROMUNDO: ¿Y cualquiera puede tener acceso?
DR. BRAM GOVAERTS: Cualquier persona puede tener acceso a estos hubs. Hoy estamos operando varios, obviamente es un tema presupuestario, puedo tener tanta gente en estos hubs operando como presupuesto haya para ejecutarlo, pero también creo que es una cuestión de conciencia sobre realizar esta pequeña inversión. Hacer esos ejercicios estratégicos y aplicar tal metodología puede también generar el retorno sobre la inversión de los demás programas y acciones que se aplican en el campo porque la metodología del hub hace que el extensionista sea más efectivo. Esto puede medirse porque tenemos un sistema de medición e indicadores en el que el extensionista pone sus datos que, a su vez, llegan a una gran base de datos. Así, tanto el gobierno como la iniciativa privada pueden observar de manera honesta y clara cómo avanzan sus iniciativas y, al mismo tiempo, el extensionista recibe nueva información de cómo hacer mejor su trabajo. Por eso la efectividad de los 100 dólares o los 100 pesos que el gobierno invirtió en ese extensionista se traduce en impacto directo en el campo, porque cuesta lo mismo tener un extensionista efectivo que uno no efectivo, pero el impacto en el campo será muy diferente.
Tenemos un programa en Sudán, país que está ahora en guerra, donde muchas ONG empezaron a entregar semilla para sembrar, pero se estaba entregando semilla que no funcionaba. Respecto a esa situación, nosotros ya generamos una mesa de diálogo para decir que la semilla correcta debe ser la resistente a la sequía, ya que una de las causas de la guerra fueron las sequías recurrentes, y con esto, vamos atendiendo tanto la falta de comida como sentando las bases de una agricultura para la paz. Creo que también en México es muy importante que no perdamos esa articulación y conexión entre la ciencia y la innovación, con el extensionismo y todos los actores que están en el campo.
AGROMUNDO: Ante el panorama de sequía que tenemos en México desde hace más o menos 5 años y que ha generado un gran impacto en la producción de granos, ¿están ya trabajando en proponer algunas acciones específicas en estados trigueros, como Sonora, Baja California o en Chihuahua, que pudieran mantener los cultivos y al productor, y generar ingresos económicos?
DR. BRAM GOVAERTS: Para esto el CIMMYT ha invertido mucho tiempo en la generación de prácticas de agricultura de conservación, que son prácticas que aprovechan la poca agua que cae y aprovechan mejor el sistema. En zonas agrícolas de estados como Sonora no había mucho incentivo hacia estas prácticas porque el agua estaba disponible; hoy estamos viendo que el agua ya no la tenemos tan disponible, por lo cual esas nuevas prácticas ahora generan mucho interés para poderlas aplicar y poder sembrar. Esto también se convierte en un tema colectivo porque sí hoy hacen cálculos al decir -solo por poner un ejemplo- que hay disponibilidad de agua para 50 hectáreas, cuando con agricultura de conservación serviría para 75 hectáreas, eso significa que un mayor número de productores pueden seguir activos; alrededor de 50% más de productores que no tienen que emigrar ni buscar otras opciones. Por esa razón estamos complementando mucho con prácticas agronómicas que puedan utilizar mejor el agua. Y el elemento agua se vuelve mucho más importante en el México de hoy, tanto para temporal como para riego. En riego hay una escasez de agua porque ya no hay mucha disponibilidad; en el tema temporal, las aguas son menos predecibles o constantes, por lo que necesitamos generar los sistemas para que puedan sobrevivir con los recursos disponibles, donde el productor que más capacidad tenga para mitigar los efectos del clima durante ese período difícil, es el que tendrá mejor rendimiento. Nosotros queremos trabajar con todos los actores de los sistemas agroalimentarios y creo en la complementariedad entre el acceso a toda la innovación internacional y el entendimiento de los problemas locales, lo cual tenemos que aprovechar más en los años que vienen.
AGROMUNDO: ¿Y este mismo sistema aplica también para maquinaria?
DR. BRAM GOVAERTS: Totalmente. Nuestra maquinaria la mandan a los hubs y ahí la pueden reproducir. Lo bueno del CIMMYT es que todo lo que hacemos nosotros automáticamente es Patrimonio de la Humanidad, todos los diseños están disponibles libremente, todo está en la página web. De hecho, tenemos unos sistemas en Ipad que te identifican o mandan la maquinaria y el plano al herrero local, pero en algunas ocasiones el herrero local no sabe cómo manejarlo, de modo que hay un sistema en Ipad donde la máquina aparece de manera virtual. Entonces, en el Ipad ves la máquina real y la máquina como debería ser (desde la parte visual). El herrero puede ver dónde hay una falla y manipular la imagen, ya que es 3D, y así es posible comparar cómo debería verse y cómo se tiene. A partir de esta herramienta visual puede entenderse todo lo que hacemos y está disponible para todos. Es relevante mencionar que sí patentamos. Tengo una oficina grande que se dedica a eso para poderlo liberar luego, pues uno de los errores que hicimos antes era no patentar, de modo que otros lo hacían, guardándolo y cobrándonos de regreso. Dada esa situación, ahora sí aseguramos que tenemos la propiedad intelectual muy controlada, bien documentada, y esto mismo ocurre con las semillas. Nosotros como CIMMYT no podemos dar derechos de autor porque el conocimiento tiene que estar disponible para todos; como organismo no podemos dar el derecho a uno solo, tenemos la obligación de que el conocimiento esté al alcance de cualquier persona.
AGROMUNDO:En el tema de las semillas y su disponibilidad hacia la humanidad con acceso a todo este conocimiento, hablando de los actores y los actores políticos en México y desde el sexenio pasado, tenemos el problema de los transgénicos, que no quieren que se nos involucre. No sé si ellos también consideren como transgénico las hibridaciones que ustedes desarrollan, porque hablan de hibridaciones; y es algo que también hace el Inifap. ¿Cuál es su perspectiva sobre este tema? ¿Qué expectativa tienen en el CIMMYT para hacer conciencia de que necesitamos mayor disponibilidad de semillas, que sean más resistentes y mejoradas?
DR. BRAM GOVAERTS: Sí, es un tema muy importante. En el caso del maíz, México tiene mucho camino aún que recorrer con tecnologías como la hibridación, los híbridos pueden ayudarnos muchísimo en el campo mexicano sin tener que considerar siquiera el tema de los transgénicos, donde lo que se hace es tomar un gen de una especie diferente y ponerlo en el maíz. El CIMMYT se apega 100% a la normatividad del país, por eso es tan relevante que el país diseñe hacia dónde quiere ir. Países como Kenia han decidido permitir semillas transgénicas de maíz, pero México tiene obviamente una situación particular porque es el centro de origen del maíz. De aquí viene toda la biodiversidad y por eso debemos ser muy cautelosos en ese tema y articular esfuerzos para preservar esa biodiversidad, dado que es la riqueza potencial del futuro.
En los transgénicos hay diversos tipos, unos conectados con el uso de un producto, por ejemplo, resistentes a cierto herbicida; pero también hay transgénicos resistentes a sequía. Kenia ha trabajado transgénicos resistentes a la sequía por su contexto muy particular; pero en México no se trabaja con transgénicos no solo por el tema de la biodiversidad, sino porque en México hay temas que, en conjunto con el gobierno, la academia, la iniciativa privada y los productores, se han definido como prioritarios. Como, por ejemplo, si tenemos la autosuficiencia en maíz blanco, cómo mantenerla; las innovaciones agronómicas que son necesarias para mantener esa autosuficiencia; nuestra biodiversidad de maíces nativos; innovaciones de nutrición por su importancia para el consumo humano; y en las enfermedades de los cultivos que no piden permiso y son inteligentes. Por eso estamos trabajando sobre la línea de criollos OPS o semillas de polinización abierta e híbridos en la parte de maíz amarillo, que es el maíz que mayormente importamos.
Estamos convencidos de que también hay una ventana grande en la que el productor mexicano puede producir maíces para alimentar el ganado. Hay terrenos que no están aprovechados y rendimientos que podemos aprovechar también. Nos encontramos trabajando sobre híbridos con suficiente contenido nutricional y creo que México podría distinguirse en eso y en la proteína, porque finalmente lo que tratas de hacer ahí es engordar al ganado, lo cual significa que la proteína es muy importante. En esa línea, el CIMMYT está investigando híbridos que tengan alto contenido en proteína para que sea más eficiente en el alimento del ganado y también, en ese caso, son híbridos de polinización abierta, no transgénicos.
Las mujeres jóvenes que trabajan en el campo son un elemento esencial en el desarrollo del sector agrícola y de las comunidades rurales. Ellas son protagonistas de un futuro sostenible: agricultoras, ganaderas, comerciantes y empresarias que cultivan diferentes alimentos. Además, contribuyen al desarrollo familiar, están a la vanguardia en el desarrollo de innovaciones y en la resolución de problemas. Laila Atkins es un ejemplo de ello y de motivar a más jóvenes en su desempeño y compromiso con el campo.
Agradecemos que quieras compartir con AGROMUNDO parte de tu experiencia y lo que estás haciendo hoy en el sector agropecuario. Por favor háblanos de ti, dónde estás, a qué te dedicas y cómo llegaste al sector agropecuario.
LAILA ATKINS: Mi nombre es Laila Atkins, soy estu- diante de Ingeniería Industrial y Sistemas, tengo 19 años, soy secretaria de la juventud del Sindicato Na- cional de Infraestructura de la Sección 161 del estado de Coahuila, presidenta de la sociedad de alumnos de la Facultad de sistemas de la UAdeC, consejera ciu- dadana juvenil saltillense, participo en las comisio- nes de emprendimiento y política, y presidenta juvenil de la CNPR Coahuila. Toda mi vida he estado rodeada de la agricultura; es una actividad que forma parte esencial de mi historia familiar. La verdad es que no lle- vamos mucho en esto, mi padre fue quien se aventuró en este mundo, y además de enseñármelo, nos heredó su amor y la pasión por lo que hacemos. Desde peque- ña he estado a su lado, él siempre me ha involucrado mucho y me lleva de la mano, por lo que conservo lo que he aprendido, observado y cosechado de varias experiencias que han dejado una huella profunda en mí. En lo que más nos centramos es en la agricultura y ésta ha sido un área en la que considero que ya ha crecido de una manera significativa con mi padre como guía. Con él he aprendido sobre la siembra de distintas hortalizas, como el tomate, el tomatillo, calabazas y, nuestra especialidad, que es el chile morrón. Este año nos aventuramos en probar con melones.
Realizamos un trabajo en conjunto, unos días va él y otros yo. Este año me dio la oportunidad de involucrarme más, sembramos e invertimos juntos, y estoy esperando que tengamos una muy buena cosecha. Nosotros no lo vemos sólo como un negocio, sino como un estilo de vida; trabajamos juntos, aprendemos uno del otro y crecemos como personas día con día.
También nos gusta compartir nuestras experiencias con la gente para que aprendan un poco sobre el valor de la agricultura, porque muchos que escuchan la palabra “rancho”, estereotipan y piensan que sólo es un lugar donde se reúne la familia los fines de semana. Nosotros les decimos que involucra muchas cosas, es un sistema muy complejo que va más allá del entretenimiento, lo hacemos para que tengan una visión más amplia de lo que es el campo, la agricultura y el ganado. Yo aprecio mucho la oportunidad que me brinda mi papá al poder desarrollarme más en este ámbito, porque como toda la vida he estado con él, también surgió un amor por participar en esto y hacer mis propias cosas relacionadas a todo lo del campo.
AGROMUNDO: Decías que tienen poco tiempo trabajando en este sector, ¿de cuánto tiempo estamos hablando?
LAILA ATKINS: Pues yo diría que tal vez unos 25 años. Él de joven estaba buscando varias experiencias y su padrino fue el que le enseñó este mundo, a mi papá le gustó mucho, le pareció interesante, siempre ha sido una persona que lucha por lo que quiere, y él deseaba tener un rancho; gracias a Dios hoy lo tenemos. Ha creado una empresa familiar en donde nos ha involucrado a todos.
AGROMUNDO: ¿Qué nos puedes contar de tu familia? ¿Cuántos son?
LAILA ATKINS: En casa somos seis, mi papá y mamá, tengo dos hermanas y un hermano, y yo soy la mayor. Trabajamos mucho en familia. En pandemia desarrollé un proyecto junto con mis hermanas que fue de huevos orgánicos, después, junto con mi papá estamos trabajando un biofertilizante que sirve contra el deterioro de las tierras y brinda un mejor producto a todos los consumidores. Todo lo que nosotros producimos se queda aquí en México. En años anteriores sí exportábamos y, de hecho, después de la pandemia se nos hizo más sencillo a nosotros moverlo dentro de México.
AGROMUNDO: Cuando estábamos preparando esta entrevista nos comentabas que es la primera vez que tú estás encargándote de sembrar una hectárea de calabaza y de chile morrón, ¿cómo ha sido para ti llevar un ciclo bajo tu responsabilidad?
LAILA ATKINS: Ha sido un reto porque antes mi papá llevaba todo: las cuentas de semillas, inversiones, buscaba compradores, contrataba a la gente que nos iba aapoyar los días de cosecha o para aplicar el fertilizante y los días de fumigación, pero este año me dijo, “bueno, tú ya has aprendido cómo se hace y te toca hacerlo a ti, porque no es lo mismo ver a ponerlo en práctica”. Uno cree que es sencillo, pero cuando lo haces, te enfrentas a muchas adversidades. Mi papá no me ha dejado sola, me dijo: “si batallas en algo, puedes acudir a mí”. Ya aprendí dónde se compran las semillas y los fertilizantes, las épocas para preparar las tierras y en esta ocasión me apoyó la gente que colabora con nosotros. Revisé el calendario para programar cuándo preparar la tierra, cuándo comenzar a hacer las semillas, la fecha de trasplante, los días y horarios de riego, la aplicación del fertilizante y del suplemento. Al principio no me sentía tan segura, pero a estas alturas ya me siento bajo control, más relajada y me gusta mucho. La calabaza se cosecha aproximadamente cada 23 días, y tengo ubicado un comprador específico en una de las bodegas del mercado de abastos.
AGROMUNDO: Y en este período, ¿cuáles son algunas de las problemáticas que has enfrentado?
LAILA ATKINS: Con el cambio climático ya no se puede confiar tanto en las predicciones que hay, hace como un mes cayó una helada, no fue tan fuerte como para terminar con la siembra, pero sí la afectó. Le pedí apoyo a mi papá y me dijo lo que podía aplicar, cómo cuidarla y los tiempos para regarla. Sentí que iba a perder todo, pero gracias a Dios se pudo salvar y estoy muy feliz por el apoyo que me brindó. Recuerdo que en otro cultivo tuvimos cenicilla y fue un proceso largo para lograr quitarla, pero también se pudo, y después la siembra continuó perfectamente.
En temas de jornaleros, yo trabajo de la mano con jóvenes de los ejidos aledaños, porque siento que como jóvenes tienen mucha energía y busco gente que quiera trabajar, los busco personalmente y les digo los días que son de corte. Son jóvenes muy entusiastas, incluso me preguntan acerca del tema y me dicen que también les gustaría comenzar en esto. Les he comentado que, si algún día se animan, yo también les podría apoyar y compartir lo que sé, tal y como mi papá me transmitió sus conocimientos.
Considero muy importante esta parte del apoyo entre jóvenes, porque el tema de la agricultura ya no es un tema muy sonado, varios jóvenes le están sacando la vuelta y no hay que permitir eso.
Laila Atkins.
AGROMUNDO: Con esto que comentas pareciera que, para muchos de los hijos, nietos de los agricultores en todo el país, la agricultura no se ve como una actividad que les permita desarrollarse, que sea negocio y de interés. ¿Tú qué consideras que es importante hacer para despertar el interés en estos jóvenes y regresen a trabajar en el sector?
LAILA ATKINS: Definitivamente uno de los mayores retos que enfrentamos hoy en día en el sector agrícola es el generacional. He platicado con varios amigos que me dicen que sus familias antes también sembraban, pero que no le veían futuro a eso y dejaron de lado el trabajo de sus ranchos, abandonándolos y yo sí me pregunto, ¿cómo es posible que desaprovechen estas oportunidades? Tienen creencias o estigmas de que eso no funciona, que es mejor dejarlo y por lo mismo cada vez menos jóvenes están interesados en incorporarse en este ámbito. Yo siento que muchos perciben la agricultura como una actividad agotadora, poco rentable o anticuada, cuando en realidad yo siento que es un mundo lleno de oportunidades y con un impacto directo en la sociedad y en el medio ambiente agrícola; debemos transmitir y enfocarnos en lo que es el lado positivo como la innovación tecnológica, las posibilidades de emprender la conexión con la tierra y la capacidad que tenemos de cambiar el mundo con prácticas sostenibles, es un espacio donde los jóvenes podemos marcar la diferencia, comenzando desde cero o con un legado familiar, existe la oportunidad, está ahí presente y sólo se trata de tener ganas de sacarlo adelante. También es importante impulsar a los jóvenes a involucrarse y darles las herramientas necesarias, crear espacios donde puedan aprender y aportar sus ideas, todos acompañados de los que tienen experiencia, como lo hace mi papá conmigo. No se trata sólo de preservar el sector, también de transformarlo con nuevas perspectivas para lograr que vean la agricultura como una opción viable, algo moderno, que tiene mucho potencial, yo siento que se podría superar esta brecha generacional si empezamos a formar y a garantizar un futuro más sólido para el campo.
AGROMUNDO: En esta experiencia que tú estás teniendo, de lo que has aprendido con tu papá y estás trabajando, ¿qué podrías decir que le has impregnado para hacerlo distinto a tu papá? O a futuro, ¿qué visualizas para hacerlo diferente de como ha sido antes?
LAILA ATKINS: Yo estoy desarrollando unos biofertilizantes que apliqué en mi siembra, y pensé cuál era la mejor manera de poner a prueba lo que estaba desarrollando. Y lo lógico era usándolo en mi siembra, por lo que tuve resultados muy favorables, vi un cambio en comparación con el que tuvo mi papá. Además estoy trabajando con la regeneración del suelo y también en la mejora del fertilizante que estoy usando.
AGROMUNDO: Es una fórmula tuya, estás inspirada en algo, apenas lo estás elaborando y practicando para posteriormente comercializarlo, ¿cómo estás trabajando este tema?
LAILA ATKINS: Como me involucro en el medio agrícola, identifiqué varias barreras y problemas, por ejemplo, con gente que no contaba con el recurso del agua que es vital, y en mi caso fue que reconocí el uso de productos no responsables ambientalmente, que generan un impacto en el suelo, el cual se encuentra muy dañado. Considero que el uso de fertilizantes que contienen muchos químicos han deteriorado la tierra, por eso surgió la idea de crear un biofertilizante. Se me hizo una idea creativa y efectiva que tomé como un emprendimiento. Soy una persona que le gusta tener varias cosas, por ejemplo, con la comercialización de huevos, después decidí trabajar en la agricultura con la formulación de este biofertilizante hace como un año y, buscando mejorar la calidad de los suelos e incrementando la producción agrícola, es un proyecto sostenible que aprovecha también los residuos orgánicos, hecho a base de estiércol del ganado que tenemos, lo que algunos podrían considerar como un desecho, nosotros lo transformamos en una nueva forma de vida. A futuro busco que este producto no se limite solamente a las hortalizas, sino también poderlo aplicar en arbustos y árboles.
Desde que lo estoy aplicando he notado varios resultados, por ejemplo, una eficiencia mejorada en el rendimiento, la sostenibilidad ambiental y una relación costo-efectividad, ya que no es tan caro como otros productos. Por otro lado, me parece muy importante lograr hacer ese match de agricultura y emprendimiento juvenil, en donde se vea que inviertes y puedes obtener un beneficio económico.
En el tema del cuidado medioambiental, también estoy haciendo otros manejos, como el uso del agua y las horas de regado, estuve investigando que dependiendo de la hortaliza se debe de realizar en ciertas horas el regado. Por ejemplo, para las calabazas era bueno regarlas durante el día para que absorbieran bien el agua, pero también durante la noche para que el agua no se evaporara con el calor; de noche el agua permanece más tiempo ahí y también las hortalizas la absorben de distinta manera, aprovechan mejor los nutrientes. Ahora medimos mucho los tiempos, somos muy conscientes de que no falte lo necesario, ya que no sirve de nada regar de más las plantas porque no aprovechan al máximo el recurso, se estancan y si las riegas muy poquito no crecen. Estamos aprendiendo a aprovechar todos los recursos que nos da el medio ambiente de manera sostenible y responsable. Porque hay que aceptarlo, el mundo ya no es como antes, estamos enfrentando diversos retos, varias adversidades y estamos a tiempo de enfrentarlas.
AGROMUNDO: Nos compartías sobre la innovación en una granja de huevo, ¿de qué manera se desarrolló esta idea y qué consideras que pudiera funcionar como un ejemplo para muchos otros jóvenes que no saben hacer este tipo de cosas?
LAILA ATKINS: Este proyecto comenzó en 2020, en ese entonces tenía 15 años y lo desarrollé en conjunto con mis hermanas, comenzó como un método de distracción en un momento complicado por todo lo del COVID, nos sentíamos muy encerradas y dijimos, ¿qué podemos hacer para distraernos, pero que valga la pena? Y la verdad es que mi papá nos sugirió eso. Y de un pasatiempo, se convirtió en algo mucho más grande. Como toda la vida hemos estado involucrados en temas de producción, nos hizo pensar que trabajar juntas en esto nos ayudaría a tener un impacto positivo y dijimos: “vamos a crear El Gallinero de la Señora Yellow”.
Este proyecto consiste en la producción de huevos orgánicos, donde cuidamos cada detalle para asegurarnos de que nuestras gallinas estuvieran en un ambiente saludable, libres de químicos y estrés. Al principio queríamos probar si podíamos lograrlo y recibimos una respuesta sorprendente de la gente. Cuando comenzamos a venderlos había días que no completábamos lo que nos pedían, comenzamos ofreciendo aquí en la colonia y después le ofrecimos a las mamás del colegio y comenzaron a pasar la voz a sus amigas, y entonces se volvió en algo con un impacto local, superó nuestras expectativas y nos motivó a continuar con este proyecto.
AGROMUNDO: ¿Con cuántas gallinas comenzaste y cuántas tienes hoy?
LAILA ATKINS: Al inicio teníamos 200 pollitos, pero se nos murieron alrededor de unos 80 o 90 por nuestra falta de experiencia, entonces nos quedamos con 100 gallinas y después se peleaban entre ellas y no sabíamos qué hacer. Aprendimos que teníamos que separarlas, que no debían de estar tantas juntas en un mismo espacio. Aprendimos a distribuir mejor la comida, porque al momento de darles de comer era cuando se peleaban y algunas quedaban muy lastimadas; también hubo un tiempo en el que bajó la producción. Para esto, hemos contado con el apoyo de distinta gente que conocía sobre el tema y se han portado muy bien, nos explicaron, nos decían cómo alimentarlas, qué incluir en su comida, y tomamos en cuenta todos los consejos. También nos asesoraron en el espacio, cuando crecieron tuvimos que adaptar el espacio, porque nosotros mismos las estábamos estresando en el rato que las guardábamos por la noche para cuidarlas de los animales que hay alrededor y que las podían matar. Aplicando todos los consejos, volvió a incrementar la producción.
Hoy tenemos alrededor de unas 300. Y nuestros clientes se han diversificado, además de algunas tiendas que ya nos compran periódicamente. Es un negocio que trabajamos en conjunto las tres hermanas y al que hace poco se incluyó a mi hermano. Para las entregas, se aprovechan las vueltas al rancho y entonces no queda como algo pesado. Vamos un día si y un día no, y el capataz nos apoya en la recolección de los huevos. Y nos ha ido tan bien que hasta nos dimos el tiempo de crear una marca y un logo. Es importante mencionar que la constancia influye mucho, no rendirse y también la seguridad de contar con personas experimentadas a quienes puedes preguntarles cualquier cosa. Influye mucho que los adultos nos quieran enseñar a los jóvenes; hace la diferencia sumar experiencias y el conocimiento de los demás, de la generación que sean y, sobre todo, que tú experimentes y veas también qué sí te funciona y qué no; eso también te ayuda a crecer y a mantener y hacer tu propio estilo para producirlo.
AGROMUNDO: A futuro, ¿qué proyección tienes, Laila? ¿Qué estás pensando hacer? ¿Qué sigue en estos pasos que estás dando como emprendedora?
LAILA ATKINS: En la parte de los huevos y una vez terminados todos mis estudios, tengo planes grandes para adquirir más gallinas y crear una marca de huevo que distribuya a nivel local o alrededor de México; soy muy positiva con esa idea, espero cumplirla. Con el tema de los biofertilizantes también, espero tener una marca ya registrada, con un buen mercado que se distribuya en todo México. La verdad es que soy muy entusiasta con esa idea y espero pueda lograrlo, que no sea sólo un proyecto, que se convierta en algo concreto. Y en la parte agrícola, quiero exportar de nuevo; más adelante me gustaría sembrar chile morrón, que es al que le agarré más amor porque en éste mi papá se ha especializado. Además, quiero tener mi propia siembra de chile morrón y me gustaría exportarla.
Otra cosa que me motiva es ver a tantos amigos y conocidos, o incluso las personas, los jóvenes que trabajan conmigo en los ranchos, que me digan, “oye, ¿cómo se hace esto?”; “¿me puedes platicar cómo lo haces, qué cosas ocupas?” Este interés es una motivación porque pienso que me están tomando como ejemplo y también tienen la confianza de preguntarme. Creo que me ven como una guía y eso me impulsa mucho a continuar.
Como joven estoy muy convencida de que somos fundamentales en el sector agrícola porque aportamos innovación, nuevas ideas que pueden transformar la forma en que producimos y también cuidamos el medio ambiente. Yo insisto mucho en el medio ambiente porque he notado varios cambios, por ejemplo, el año pasado se nos bajó el pozo de agua y tuvimos que adecuar las maneras en que regábamos, lo cual se regeneraba en algún tiempo, y ya no se hace como antes y ahora afecta los sembradíos. Los jóvenes somos el presente porque estamos tomando acciones sin importar la cantidad que seamos, y me gustaría que más jóvenes estén involucrados en el campo porque también somos el futuro, nos toca asegurar la sostenibilidad y la seguridad alimentaria para próximas generaciones.
Es fundamental impulsar a más jóvenes a ser partícipes en este mundo que está lleno de experiencias, con un sinfín de oportunidades, y de conocer gente maravillosa. También hay que aprovechar que contamos con el apoyo de nuestros padres, de conocidos, de varios expertos en el área, y ellos nos pueden guiar y compartir todas sus experiencias. Estamos en el momento justo en que hay una generación que está tomando mucha responsabilidad y está buscando cómo hacer las cosas diferentes y que tienen un gran reto por delante.
Como mujer, es necesario que más mujeres se involucren en la agricultura. Es un sector que está lleno de oportunidades donde podemos crecer y también generar un impacto positivo, no sólo nos va a conectar con la tierra, sino que también nos ofrece un campo lleno de oportunidades para implementar diversas ideas, aplicar tecnologías sostenibles (que es como lo que estoy desarrollando) y mejorar la producción de manera responsable. Yo les digo a mis amigas que no tengan miedo de empezar, ni que cierren su mente a todas las posibilidades que hay porque la verdad sí vivimos en un mundo dinámico y complejo.
Ser joven y ser mujer resulta un doble reto para impulsarte y seguir adelante, y romper las barreras que se tienen en el sector. Por eso les digo, “tú no tengas miedo, si quieres sembrar, yo te puedo compartir; tal vez no sé mucho, pero puedo compartirte lo que sé, y puedo conectarte con gente que sabe escuchar y platicar las ideas y dudas”.
AGROMUNDO: Tengo una última pregunta para ti y tiene que ver más con esta parte de la organización. Yo sé que estás participando activamente en la Unión Juvenil de la CNPR y hoy es muy complicado. Actualmente hay una interrogante muy fuerte sobre el papel de las organizaciones en el sector, ¿cómo crees que estar organizados podría ser benéfico para los jóvenes en el país y, en específico, para nuestra organización?
LAILA ATKINS: Para comenzar, con las personas que he conocido y que voy a trabajar en conjunto, estoy muy satisfecha, porque sé que todos son jóvenes muy enfocados, tienen la idea de dar a conocer más sobre el mundo de la agricultura y la ganadería, quieren romper los estereotipos que se tienen acerca de todo este mundo del campo. En ese sentido, es muy importante que compartamos nuestras ideas de cómo percibimos y cómo perciben los demás este sector, queremos dar a conocer que es un mundo muy completo, con oportunidades, experiencias y conexiones. También es fundamental conocer las expectativas de todos, qué les gustaría hacer para cambiar, qué les gustaría que el mundo supiera, qué desearían contarles a los jóvenes para impactarlos de manera positiva y que se sientan atraídos a este campo. Considero muy importante escuchar a cada quien porque todos tienen ideas diferentes, todos tienen cosas que aportar y así lo unimos en conjunto.
Mucha gente no está informada de la existencia de las organizaciones sociales, por eso es relevante que todos los elementos difundamos su existencia y comunicar los beneficios que pueden encontrar, los servicios que ofrecen y que encuentras proveedores, historias de vida, experiencias que te pueden aportar. La CNPR tiene el potencial para impactar en todo México, en el ámbito del campo, porque está compuesta por gente de todos los estados. Yo sé que, mensualmente, en esta revista entrevistan a personas que cuentan sobre sus vidas, la labor que hacen en el campo, y eso es lo que puede inspirar a otros a comenzar a adentrarse en este mundo o a no dejarlo.
Además, nos gustaría realizar algunas actividades, como un foro donde jóvenes vayamos a platicar lo que hacemos o el uso de las redes sociales para compartir experiencias o información que pueda ayudar a otros; hay que aprovechar las redes sociales que son un excelente método para compartir información, y canalizar la fuerza que eso nos podría brindar.
Queremos compartir: ¿Qué es la CNPR? ¿Qué queremos hacer? Si les gustaría formar parte o ser invitado y platicarnos sobre sus experiencias, recibir dudas, difundir quiénes de los que conforman la CNPR Juvenil sabe sobre el tema e invitarlo a platicar y subir su testimonio en redes sociales. Deseamos difundir mucho más los esfuerzos que están realizando, y con esto podríamos captar la atención de gente que aún no está involucrada y quiere informarse más del tema.
Como representante de la Unión Juvenil en Coahuila, estoy muy emocionada por comenzar a trabajar de manera oficial, tengo muchos proyectos en mente, mi equipo y yo podemos crear un impacto positivo. Inspirar a más jóvenes, ver que hay gente que está haciendo cosas diferentes, y que te puedes sumar a esos esfuerzos y compartir tu experiencia y aprender de la experiencia de los demás. Me di cuenta de que somos un grupo de jóvenes que amamos lo que hacemos, pero también que estamos muy comprometidos con trabajar en esta asociación.
AGROMUNDO: Agradecemos tu tiempo, el espacio y, principalmente, que hayas compartido tu experiencia. Estamos seguros de que quienes lean esta entrevista verán reflejados en ti mucho de lo que quieren o desean para sus hijos.
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, el término canasta básica “hace referencia al conjunto de productos y servicios considerados esenciales para la subsistencia y bienestar de los miembros de una familia.”
En la siguiente entrevista conversamos con el Ingeniero Agrónomo Antonio Turrent Fernández para conocer su punto de vista respecto al aprovechamiento eficiente y sostenible de los recursos agrícolas en la producción del maíz de México. El Ingeniero Turrent ha estudiado y publicado sobre cómo alcanzar la autosuficiencia en este grano, así como en la defensa de la ciencia, la biodiversidad del maíz y de sus parientes silvestres en México. También es partícipe del logro grupal de ciudadanos y organizaciones campesinas de la suspensión de nuevos permisos para la siembra comercial de maíz transgénico en México, a partir de septiembre de 2013.
En temas de la alimentación, ¿cuál es el valor de la ingesta proteínica del maíz en la dieta del mexicano?
El maíz aporta alrededor del 30% de la ingesta de proteína y el 59% de la ingesta de energía en la dieta nacional. El proceso de nixtamalización a que se somete la mayor parte del consumo de grano de maíz hace asimilable a la niacina. Esta molécula participa en la respiración a nivel celular y su déficit es causa de la enfermedad conocida como Pelagra, que puede ser causa de muerte cinco años después de su incidencia. Esta enfermedad no ha ocurrido en México gracias a la invención de la nixtamalización por parte de los pueblos originales. La Pelagra apareció en Europa con el consumo de maíz como alimento básico humano y sustituto de otros cereales en la dieta en los estratos más pobres en el siglo XVII. El maíz desplazó a otros cereales por su mayor rendimiento. Desafortunadamente para el resto del mundo, la nixtamalización no acompañó al grano de maíz en su expansión por Europa. En cambio, se notó que los animales que consumían ese grano respondían de manera sobresaliente. De aquí que se adoptó en Europa como forrajero, mas no apto para el consumo humano. Con ese carácter, el cultivo de maíz se expandió al resto del mundo. El desconocimiento de la nixtamalización fue el factor clave del uso prevalente hasta la actualidad del grano de maíz en el mundo. En la actualidad, sólo en unos 20 países se consume maíz como alimento humano y no en todos se nixtamaliza.
¿Cuál es la importancia del maíz en México y de las 59 razas de maíces nativos mexicanos y la amenaza que les representan los maíces transgénicos?
Mesoamérica es el centro de origen del maíz. Fue domesticado a partir del zacate nativo Teocintle por los Pueblos Originarios hace 7000 años. El Teocintle tiene un área de adaptación desde la región noroccidental de México hasta Nicaragua. La hipótesis menos objetada sobre el primer sitio de domesticación es la Cuenca del Río Balsas en el estado de Guerrero. Aparentemente, la mutación de cinco genes fue la clave de la aparición del protomaíz,aunque a partir del Teocintle se puede hacer tortilla y revienta como el maíz palomero, su consumo fue limitado por la característica dehiscente al madurar, por lo que habría que cosechar la semilla dispersa en el suelo. Desde el protomaíz hasta el maíz moderno ha habido compatibilidad por cruzamiento entre el Teocintle y el maíz. Pudo adquirir adaptabilidad a las condiciones locales, adquiriendo los alelos necesarios a partir del Teocintle local y la selección para el uso cultural de los diferentes grupos étnicos de Mesoamérica. De esta manera, la multiplicidad de nichos ecológicos a los que el maíz fue dispersado en Mesoamérica y principalmente en México, dio lugar a la diversidad actual del maíz.
Las 59 razas nativas de México tienen su diversidad por la combinación específica de sus alelos. Una fracción alta de los 50,000 genes del maíz, puede ser ocupado por más de un alelo .Un alelo es cada una de las formas alternas que puede tener un mismo gen; en el maíz nativo de México se han reportado hasta 16 alelos de algunos genes-. Hay genes que no tienen variantes en la especie y también los hay de pocos alelos hasta el caso de 16 alelos o más. Si sólo 5,000 de esos genes tuvieran en promedio 5 alelos, la biodiversidad posible sería igual a 5,000,5 número del orden de los 3 trillones de individuos posibles que sería el tamaño de la biodiversidad. La siembra de maíz transgénico a cielo abierto en el campo mexicano, por las vías de la contaminación y del desplazamiento de las superficies cultivadas con maíz nativo, causará la desaparición trágica de la biodiversidad de los maíces nativos.
Existe ya la experiencia reciente del algodón transgénico introducido hace 10 años. El algodón es una planta que se autopoliniza, lo que reduce la velocidad de dispersión de los eventos transgénicos. Hay estudios que muestran que en menos de esos 10 años, se han identificado eventos transgénicos en el algodón nativo de México en la costa del Pacífico y en Yucatán. En cambio, la biología reproductiva de polinización cruzada del maíz es diferente, resultando una mayor velocidad en la contaminación. Además de esto, el Mejoramiento Genético Autóctono, intrínseco al manejo de los maíces nativos, incluye el intercambio de semillas, a veces en espacios muy distantes y desde luego en las muy cercanas. De aquí que tomaría mucho menos tiempo para alcanzarse la contaminación transgénica total de nuestros maíces nativos.
Hace 40 millones de años se separaron las líneas de ancestros que condujeron al maíz y al sorgo,en ese lapso hubo ciclos de altas intensidades de sequía hasta inexistentes, también de altas y bajas temperaturas, tan o mayores de las que se puede esperar a lo largo del siglo XXI. Solamente los individuos adaptados a esos cambios pudieron pasar sus genes a las siguientes generaciones de ancestros, hasta llegar al Teocintle y de ahí hasta las 59 razas nativas de maíz de México. Es muy probable que en la biodiversidad de estas razas existan dispersos los alelos con la tolerancia genética que será requerida para las nuevas variedades de maíz que se adapten a las condiciones climatológicas que imperarán durante el resto del siglo.
Se han hecho colectas de esas razas nativas, que se tienen en los bancos de germoplasma disponibles en el mundo para todos los que lo soliciten, aunque están disponibles principalmente para los grandes consorcios multinacionales. Éstos invierten en su conservación y manejo. Sin embargo, la biodiversidad del maíz conservado es apenas una fracción de la biodiversidad del mundo. La gran biodiversidad está dispersa y es manejada por la agricultura campesina y étnica,así lo es por lo menos en el caso del maíz de México.
El maíz transgénico como el maíz no transgénico mejorado moderno, son típicamente de una biodiversidad extremadamente reducida, lo que los hace vulnerables al cambio climático. Aunque estos consorcios invierten en desarrollar tolerancia genética contra las tensiones ambientales en sus híbridos, conservando su estrecha biodiversidad, no disponen aún de esa tolerancia ante las tensiones ambientales severas, venideras con el cambio climático. A la vez que los consorcios transnacionales empujan para expandir su mercado, lo hacen a costa de las superficies sembradas con maíces nativos, poniendo en riesgo la biodiversidad que muy probablemente será la base de las variedades que en este siglo puedan adaptarse a las condiciones de tensiones extremas.
Además de este riesgo a la seguridad alimentaria, la uniformidad de los maíces modernos, que en su mayoría son genéticamente forrajeros, ponen en riesgo los más de 600 preparados de la comida intercultural mexicana, que sólo pueden prepararse a partir de la biodiversidad nativa del maíz en México. Aquellos maíces modernos carecen de las características organolépticas necesarias. No se puede preparar tortillas tlayudas, totopos oaxaqueños, tamales, tejate, pozol y pozole, tejuino, y un largo etcétera, con los maíces modernos, transgénicos y no transgénicos. Solamente se pueden preparar con los maíces nativos especializados de México.
¿Cuáles son las estrategias para el mejoramiento del maíz en México? ¿Qué es lo que se busca con estas mejoras? ¿Qué perspectivas podría haber para el desarrollo del maíz QPM (Quality Protein Maize) y mejorar la nutrición de nuestra gente?
Hay dos tipos de mejoramiento genético del maíz: 1) el moderno mMendeliano, que también es base para el Mejoramiento Biotecnológico y 2) el Mejoramiento Genético Autóctono. El Mejoramiento Mendeliano persigue la adaptación agronómica (tolerancia a enfermedades y adaptación a tensiones del ecosistema y a la intensificación al uso de insumos, densidad alta de población, monocultivo) para lograr un alto rendimiento de materia seca de grano. Por lo mismo, se aplica a condiciones benignas de suelo, clima y acceso al mercado. El objetivo del Mejoramiento Genético Autóctono es el autoconsumo alimenticio, persigue la adaptación agronómica a las condiciones agroclimáticas del nicho ecológico del asentamiento humano, por lo que incluye desde condiciones ubérrimas hasta limitativas por el suelo y el clima. Por ser su objetivo, alimentación familiar, el maíz se cultiva tradicionalmente con otras especies alimenticias, así como arvenses (malezas) toleradas con valor alimenticio o medicinal. Este sistema se conoce como la milpa.
El INIFAP desarrolló en los años 70 y 80, variedades mejoradas con el carácter QPM para varias condiciones del país. Estas variedades proceden de una mutación en maíces de textura harinosa del Perú, tienen una proteína de mayor calidad que la que tienen los maíces dentados. Se promovieron esas variedades en reconocimiento de su calidad nutritiva para el autoconsumo. Sin embargo, no fue posible lograr que el precio de comercialización reflejara su mayor valor nutricional, a lo que se suma un menor rendimiento de granos por su textura harinosa y, finalmente, el carácter recesivo de la mutación, que dificulta su manejo en ambientes con biodiversidad que harían desaparecer el carácter por cruzamiento.
En realidad, el carácter opaco no mejora la nutrición humana cuando la dieta incluye el consumo de frijol. Esto es así porque el frijol y el maíz son altamente complementarios en sus proteínas. En esa condición, el maíz QPM no mejora necesariamente la calidad de la dieta.
En temas legislativos, ¿cuáles son los factores por considerar para la protección de las variedades criollas y mejorar la calidad y los valores nutricionales de los granos que se cultivan?
El marco legal para la producción de cultivos da prioridad a lo pertinente entre la producción y el mercado. Ése es el caso de la Ley Federal de Producción, Certificación y Comercio de Semillas publicada originalmente en 1991 y adaptada más al mercado en 2007,también la Ley de Biodiversidad de Organismos Genéticamente Mejorados publicada en 2005. En cambio, la Ley Federal para el Fomento y Protección del Maíz Nativo publicada en 2020, así como la Ley General de alimentación Adecuada y Sostenible publicada en 2024, son proclives a la protección y mantenimiento de los maíces nativos.
Hay enorme desconocimiento en la población urbana nacional, particularmente entre los jóvenes, de las diferencias entre los maíces importados o los modernos nacionales con respecto a los maíces nativos. Estos fueron desarrollados para consumo humano y tienen gran diversidad de colores: blanco, amarillo, rojo, azul, negro, estriados y pintos de varias coloraciones típicos en las mazorcas. Todos estos maíces están especializados para elaborar más de 600 preparados alimenticios a base de maíz, típicos de la comida pluriétnica nacional. El desconocimiento de esos preparados como las tortillas tlayudas, los totopos oaxaqueños, los tamales, entre otros, y el desconocimiento de que solamente se pueden preparar a partir del maíz nativo especializado, por ejemplo, la tortilla tlayuda, que sólo puede ser preparada con el maíz de la raza Bolita, el pozol, comida también popular en las ciudades, únicamente puede ser preparado con maíz de la raza Cacahuacintle y de unas pocas razas más de textura harinosa. Esta parte de la población nacional urbana y, particularmente los jóvenes, ignora que los maíces modernos importados o no, son forrajeros o de uso industrial, no sirven o sirven a medias para la preparación de la comida mexicana que se basa en los maíces nativos. Muchos creen que la pésima calidad organoléptica de las tortillas preparadas a partir de las harinas nixtamalizadas y ampliamente disponibles en los supermercados, son todo lo que se puede esperar en términos de calidad alimenticia de la tortilla como alimento básico. ¡Qué pobres en su ignorancia! Pero también, ¡qué mala educación básica de nuestra sociedad en cuanto a su alimentación!
El desconocimiento mencionado impide que el precio de los maíces nativos sea diferente y justo para valorarlo para consumo humano, en comparación de los maíces forrajeros y de uso industrial importados o producidos en México. El Estado mexicano requiere conducir en paralelo, acciones para educar a la población sobre lo que come y también acercar el comercio de los maíces nativos a la sociedad, y educarla para valorar y estar dispuesta a pagar lo justo en apoyo de nuestros maíces nativos.
Ingeniero Agrónomo Antonio Turrent Fernández.
En México, la mayoría de las unidades de producción son menores de cinco hectáreas y producen para autoconsumo, ¿cuáles serían las alternativas que considera para mejorar la rentabilidad e incrementar los ingresos de los productores?
El INIFAP y el Colegio de Postgraduados colaboran desde hace 40 años para desarrollar tecnologías de producción para la agricultura en pequeño. Este interés surgió como producto de los principios desarrollados en el Plan Puebla desde 1967 y por titanes del pensamiento en pro de la agricultura campesina como Efraim Hernández X., Leobardo Jiménez Sánchez, Reggie J. Laird y otros. La tecnología conocida como “Milpa Intercalada en Árboles Frutales (MIAF)” es uno de esos productos,persigue cinco objetivos, todos sin dejar de producir alimentos básicos: maíz, frijol, calabaza, arvenses comestibles, etcétera: 1) incrementar significativamente el ingreso neto familiar; 2) aumentar la producción de la milpa; 3) proteger el suelo contra la erosión; 4) aumentar la infiltración del agua de lluvia; 5) mantener la biodiversidad; y 6) aumentar la captura de CO2 atmosférico.
Para incrementar el ingreso familiar, se ha introducido el cultivo intenso de frutales separados 1 metro entre sí en contorno y distanciados 15 metros entre hileras,ste arreglo topológico juega el papel clave en la conservación del suelo, al combinarse con un camellón de residuos de cosecha recargados aguas arriba de cada hilera de frutales y que funciona como filtro de escurrimientos. A la vez, entre las hileras de frutales en contorno, se cultiva la milpa histórica intensificada con la corrección de deficiencias en la fertilidad del suelo y usando el germoplasma de maíz, frijol y calabaza, nativos proporcionados por los mismos productores. De esta manera también se protege la biodiversidad de los cultivos básicos nativos.
El INIFAP y el Colegio de Postgraduados han conducido experimentos permanentes que han durado 20 años. En uno de estos experimentos con la tecnología MIAF-manzana conducido en el municipio de Huejotzingo, Puebla, bajo el sistema de punta de riego, se tuvo la lectura de que el valor de la cosecha de un año de manzana, maíz y frijol de guía larga de una hectárea, tuvo el valor de la cosecha equivalente a 40 toneladas de grano de maíz. La lectura fue un promedio de 8 años. En un segundo experimento conducido en Los Tuxtlas, Veracruz, en una ladera de 18% de pendiente y precipitación promedio de 1,500 mm anuales, la terraza desarrollada con el sistema MIAF-chicozapote, retuvo en 14 años el equivalente de suelo a la mitad de la capa arable.
Este potencial tecnológico incluye la ventaja para la familia, de que cosecha el tipo de maíz, frijol, calabaza y arvenses toleradas que ha acostumbrado a través de generaciones de su línea familiar. La fruta a cosechar tiene el precedente de su significativomayor valor en el mercado que los granos básicos. Así, un kilogramo de manzana que, como fruta fresca tiene el valor de $50 el kilo y que contiene 80% de humedad, si se expresa como materia seca, el precio equivalente es de $250 por kilogramo. En cambio, el valor en el mercado de grano de maíz que contiene 14% de humedad es igual a $6 pesos por kilogramo, que expresado como materia seca es de $7 por kilogramo. El kilogramo de materia seca de la fruta tiene un valor en el mercado casi 6 veces superior al kilogramog de grano de maíz. La diferencia es similar en el mercado de otras frutas frescas. Introducir la producción de fruta a la milpa en forma de MIF es un gran generador de ingreso. Tal es una de las contribuciones de la inclusión de la fruta en MIAF. Y una segunda función del frutal no no menos importante es la de proteger el suelo contra la erosión en condiciones de ladera. El frutal funciona como sostén del filtro de escurrimientos y de la estabilización de las terrazas.
Sin embargo, este potencial para la agricultura en pequeño depende de la organización de las unidades de producción para el mercado de fruta fresca. El Estado es clave de este desarrollo. Es ventajoso que las pequeñas unidades de producción de una región se especialicen en un frutal y que obtengan acceso confiable al mercado. Una sugerencia podría ser comenzar con una región piloto compacta en tierras con temporal benigno de 500 a mil hectáreas en laderas de Chiapas, Oaxaca o Guerrero, dedicada a MIAF-aguacate y conectada al mercado. El Estado asumiría la función clave de tecnología y capacitación, de organización e infraestructura, crédito y asistencia técnica. Una parte básica del programa sería que se prohibiera el desmonte y se dedicara exclusivamente a laderas ya dedicadas a la agricultura en pequeño.
Ante la problemática de los bajos precios de comercialización de los granos en México y el contraste con los altos costos para la producción, ¿qué acciones debería realizar el gobierno para proteger a los productores nacionales?
México debería dar un seguimiento muy preciso a la conocida estrategia del “dumping” que Estados Unidos aplica a la exportación de maíz, que ha sido citada por autores como Tim Wise. La magnitud del subsidio que conduce al dumping es factor clave de los bajos precios del mercado internacional del maíz y de otros granos que ese país exporta. México debería aplicar una estrategia simétrica de subsidios para apoyar a sus productores de maíz y otros granos, usando el conocimiento detallado y continuo de esa política norteamericana, que hace artificialmente más competitiva su oferta de granos de exportación y que mantiene el precio artificialmente bajo. Tal estrategia norteamericana se contrapone a los principios del libre comercio entre los países miembros del TLC. Para esto, el gobierno mexicano requiere invertir para realizar el seguimiento de esa política y aplicar una político cimétrica, esto traería alivio al bajo precio internacional del maíz. Tal podría ser de gran ayuda para los productores empresariales del país. Pero hay más en el tema del apoyo que da el gobierno norteamericano a sus productores, tales como sus planes multianuales con base legal, que habrían de ser estudiados cuidadosa y permanentemente por parte de México. Estos conocimientos servirían como argumentos en las negociaciones del TLC.
En lo que compete a los altos precios de los insumos de la producción de grano de maíz, particularmente los de importación, el gobierno de México podría hacer acciones para reducir los costos de intermediación y, como en el caso de los fertilizantes, producirlos en el país.
De acuerdo con los estudios prospectivos realizados por su equipo de trabajo, ¿qué se requiere para lograr autosuficiencia alimentaria en nuestro país?
México cuenta con los recursos naturales de tierra y agua e infraestructura institucional y tecnológica para lograr la autosuficiencia nacional de maíz. El país recibe anualmente 1,530 km3 de agua en forma de lluvia sobre su territorio nacional; 147 km3 son retenidos por la infraestructura hidroagrícola construida a mediados del siglo pasado, 410 km3 escurren en ríos hacia el mar sin uso consuntivo; el resto se infiltra profundo o es evapotranspirado por la vegetación. El 67% de esos escurrimientos ocurre en ocho estados del sur-sureste del país. Hemos estimado que con sólo usar 60% de esa agua de escurrimiento y con una infraestructura hidroagrícola que permitiera un 60% de eficiencia de riego, y la aplicación de una lámina de riego de 1.5 m, se podría duplicar la superficie de riego total del país, que actualmente es del orden de 6.3 millones de hectáreas.
Hay, además, una significativa reserva de tierras de labor de buena a excelente calidad no ocupadas por vegetación natural, principalmente en la misma región sur-sureste del país. Parte de esa tierra ya se cultiva en el ciclo Primavera-Verano bajo condiciones de temporal y permanece ociosa en el ciclo Otoño-Invierno por falta de humedad,también hay una gran fracción de buenas tierras ocupadas por ganadería extensiva bajo temporal. Durante la época de lluvias hay pasto abundante para la producción de leche y un becerro al año funciona muy bien, pero en el ciclo de sequías (noviembre a mayo) escasea el pasto y baja drásticamente la producción de leche y de carne. El tipo de ganadería extensiva podría ser transformada al manejo integral agropecuario, estabulando o semiestabulando el ganado y, liberando la tierra de calidad agrícola para producir los forrajes de maíz, sorgo y soya para su consumo y para liberarlos al mercado.
La región noroeste del país tiene la combinación perfecta de tierra plana y profunda, y de sierra poco habitada y captadora y almacenadora de agua de lluvia. En cambio, la región sur-sureste tiene tierras planas, onduladas y frecuentemente poco profundas. Estas condiciones se prestan mucho menos al riego por gravedad como en el noroeste del país, y las Sierras tienen asentamientos humanos. Por esto, el riego de la región sur-sureste tendrá que ser mayoritariamente presurizado, requiriendo por tanto de electrificación y de maquinaria de riego, lo que lo hará más caro. Sin embargo, la región al norte y centro del país tiene clima semiárido, lo que la hace seriamente susceptible al cambio climático. Si no llueve lo suficiente en la Sierra de Chihuahua, no habrá agua en las presas de Sonora, si no llueve suficiente en Durango, tampoco habrá agua para llenar las presas de Sinaloa. Es urgente incrementar con mejor tecnología la eficiencia del riego en el noroeste del país, la que actualmente es muy baja, del orden de 30-40%. Se ha expresado que corregir esa ineficiencia será prioritario en el actual sexenio, lo que está muy bien. Sin embargo, desafortunadamente, la amenaza del cambio climático sólo será paliada por esa iniciativa.
La probabilidad de que por el cambio climático no llueva en las sierras de la región sur-sureste del país es significativamente menor que en la Sierra Madre Occidental. Muy probablemente la apuesta de invertir significativamente en infraestructura hidroagrícola y en electrificación en el sur-sureste sea inevitable por el cambio climático, y habría de iniciarse con prioridad para que el país pueda alcanzar la autosuficiencia alimentaria a pesar de este fenómeno.
Se requerirían varias acciones del Estado para hacer válida la duplicación de la superficie bajo riego del país,estas acciones habrían de ser graduales, probablemente dentro de un período de cinco a diez años. Comencemos con el factor tecnológico. Durante los años 1989 a 2002, el INIFAP condujo experimentación de campo en el ciclo Otoño-Invierno, bajo riego, en seis estados del sur-sureste. A partir del año 2003 se continuó la investigación con maíz de riego en el mismo ciclo agrícola en el estado de Chiapas. La hipótesis bajo cotejo fue: “la producción potencial nacional actual de maíz puede ser duplicada si se acondiciona para la producción agrícola las reservas de agua dulce y de tierras de calidad agrícola del sur-sureste del país”.
Para cotejar esta hipótesis, se condujo experimentación en parcelas ubicadas representativamente en esa región que contaban con riego, aún de tipo artesanal. La experimentación se condujo durante los ciclos Otoño-Invierno. Los resultados sugieren que aplicando la tecnología pública disponible: híbridos, fertilización, protección y riego, se obtendría un rendimiento del orden de 10 t/ha. La producción potencial nacional actual de maíz igual a 33 millones de toneladas anuales de grano -la producción alcanzada actual es del orden de 27 millones de toneladas- podría llegar a ser de 63 millones de toneladas anuales, si se añaden 3 millones de hectáreas habilitadas con riego. El consumo nacional anual aparente de grano de maíz es del orden de 46 millones de toneladas anuales. Hay más reservas de agua dulce y de tierra de calidad agrícola que esos 3 millones de hectáreas incluidas en el cálculo previo, para lograr aún mayores producciones nacionales si se requirieran. Sin embargo, el cambio climático reducirá el potencial productivo nacional actual de 33 millones de toneladas de grano anuales, por lo que pudiera ser imperativo en el futuro recurrir a la totalidad de las reservas de agua dulce y de tierras de labor del sur-sureste del país.
Otras acciones del gobierno mexicano tienen que ver con la redacción constitucional que habría de modificarse para estimular la integración agropecuaria de la ganadería extensiva al nivel de la unidad de producción. Finalmente, el país tendrá que hacer la inversión en desarrollo de la infraestructura hidroagrícola y en la electrificación de la región sur-sureste para hacer posible el aprovechamiento de las reservas de agua dulce y de tierra de labor.
¿Cuál considera que es el futuro de la producción de granos en México?
En 1994, la tasa anual de crecimiento poblacional del país fue +1.35% y bajó a +1.17% en 2014. En el mismo período, la producción nacional de maíz creció a la tasa anual de +0.95%, la de trigo al +0.28%, la de frijol al -0.45% y la de arroz al -3.60%. Claramente, la producción de esos cuatro granos básicos creció a tasas inferiores a las de la población nacional o decreció, lo que lo ha alejado de la autosuficiencia alimentaria.
México tristemente sobresale entre los países de la OCDE por su baja inversión en apoyo al campo. En 2012, México sólo invirtió el equivalente al 0.7% de su Producto Interno Bruto (PIB) que fue de 8.7 mil millones de dólares anuales (MMDA) para apoyar al campo. Corea del Sur invirtió 23.3, Indonesia 32.0, Japón 71.3, Estados Unidos 156.4 y China 193.4 MMDA en apoyo a su campo. Estados Unidos tiene siete veces más tierra de labor que México e invierte en apoyo al campo tres veces más por hectárea que México, China con seis veces la tierra de labor invierte cuarto veces más por hectárea que México., por último, Japón que tiene la quinta parte de la tierra de labor de México, invierte 43 veces más por hectárea que México.
En 1985, el país integró los tres institutos de investigación para la producción agrícola, pecuaria y forestal: el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas, el Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales. La nueva institución de investigación para la producción del campo creada en ese mismo año es el actual Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias.,esta acción fue en reconocimiento de las ventajas de integrar la investigación científica y tecnológica para el campo de manera que reflejara la integración que tiene el sector en su explotación, además fue muy benéfica institucionalmente. Sin embargo, fue acompañada de fuertes reducciones en su presupuesto. La capacidad de compra que tenían en conjunto los tres institutos en 1985 ha sido sistemáticamente reducida al grado de que en la actualidad esa capacidad de compra es por lo menos diez veces inferior a lo que el país invertía en investigación en aquel año. El número de investigadores se ha reducido a la mitad por lo menos.
Esta desincentivación ha dado lugar a una creciente dependencia tecnológica de instituciones internacionales como el CIMMYT, FAO y otras, y de los consorcios transnacionales. Es obvio advertir que particularmente estas últimas no persiguen apoyar para alcanzar la autosuficiencia alimentaria, persiguen el lucro y el crecimiento incesante de su poder comercial,para lograr esto, usan su creciente poder comercial y el poder político de los países donde se originaron. También, como adaptación a los requerimientos del Tratado de Libre Comercio, el país ha reducido sus subsidios en apoyo al campo, ingresando a una espiral regresiva que es además impulsada por los intereses transnacionales.
Por este camino que el país sigue desde hace más de 30 años, no se logrará el objetivo de la autosuficiencia en granos básicos y proteína animal para la alimentación, ni se parará el deterioro de sus superficies arboladas y de la vida silvestre que soporta. El país tendrá que cambiar drásticamente su derrotero. Desafortunadamente, si no lo hace, el cambio climático que ya está encima del mundo, lo llevará a una dependencia alimentaria que puede ser catastrófica en los próximos 20 años. Lo que más subleva el pensamiento es que el país tiene los recursos naturales y tecnológicos para alejarse de ese destino, pero que le ha faltado visión colectiva. Todavía estamos a tiempo y tenemos con la 4T la oportunidad de corregir el rumbo.
El campo mexicano requiere del compromiso de sus productores y del interés manifiesto y consistente por parte del gobierno federal y los gobiernos de los estados a través de políticas públicas que logren mantener un entramado de soporte a la actividadprimaria nacional.
INNOVACIÓN Y TECNOLOGÍA
La Tecnología de la Información (TI) en la agricultura y la ganadería
El campo mexicano requiere del compromiso de sus productores y del interés manifiesto y consistente por parte del gobierno federal y los gobiernos de los estados a través de políticas públicas que logren mantener un entramado de soporte a la actividad primaria nacional. El Ingeniero Luis Atkins, Presidente de la Federación Estatal de Coahuila, nos habla de la necesidad de implementar innovación tecnológica en el campo para obtener mayor eficiencia, sostenibilidad y productividad en el sector.
Hoy en día es necesario trabajar intensamente para recuperar la rentabilidad, la optimización de costos y el carácter sostenible en el campo. Dicho esfuerzo implica buscar todas las alternativas posibles, de manera que se convierte en un elemento toral para recuperar la viabilidad de la autosuficiencia alimentaria en México. En particular, se requiere la determinación de los rangos de operación que permitan establecer la generación de alimentos suficientes para una población creciente que, como ha sido discutido en diversos foros, este tema adquiere la importancia de seguridad nacional.
Nuestro país debe buscar las formas y modos para avanzar en la consecución de este objetivo, el cual es fundamental de acuerdo a lo que debe integrar el conjunto de políticas públicas aplicables al sector primario. La alimentación de la población mexicana requiere estar debidamente resguardada y asegurada en suficiencia, calidad, sanidad, sostenibilidad y sustentabilidad. Deben implementarse políticas públicas que privilegien a los productores nacionales por encima de las facilidades logísticas y económicas de países que brindan más estímulos por parte de sus gobiernos para tener costos más asequibles que los nacionales. Resulta necesario revisar dicho asunto y reflexionar sobre sus alcances.
La desarticulación de los mecanismos de soporte ha puesto en relativa desventaja a los productores agropecuarios mexicanos respecto a productores de otras latitudes en esta búsqueda por lograr niveles adecuados de precios, eficiencia productiva y productividad. Por eso resulta fundamental ampliar el conocimiento de lo que la innovación tecnológica y la Inteligencia Artificial están desarrollando a nivel mundial.
La interacción de la Tecnología de la Información (TI) en la agricultura y la ganadería ha transformado profundamente estos sectores tradicionales, permitiendo una mayor eficiencia, sostenibilidad y productividad. Dentro de los elementos que están siendo desarrollados y actualmente se encuentran disponibles, encontramos varios en nuestro país, de modo que es importante ampliar el conocimiento en las diferentes tecnologías para que todos los productores agropecuarios del país tengan más fácil acceso a la información. Es evidente que el crecimiento de la población mundial y su respectiva demanda de alimentos hace necesarias la optimización y modernización de los sectores agropecuarios.
En este contexto, entrevistamos alIngeniero Luis Atkins, Presidente de la Federación Estatal de Propietarios Rurales de Coahuila, un estado exportador en crecimiento, que une los intereses de los productores de la entidad y que además ha trabajado para construir una Federación fuerte, activa, involucrada con sus agremiados, que mantiene una actitud proactiva con los diversos grupos de productores que agrupa, difundiendo la mayor información posible en cuanto a temas de innovación tecnológica y tecnologías de la información.
Ingeniero Luis Atkins, hemos observado todo el compromiso que usted en lo personal y esta Federación tienen con el desarrollo sustentable y sostenible de la agricultura y ganadería coahuilense, ¿qué nos puede comentar de las innovaciones que se están considerando implementar y en qué cultivos las están incorporando?
La agricultura y la ganadería han sido pilares fundamentales de la economía global desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, con el crecimiento de la población mundial y la creciente demanda de alimentos, ha surgido la necesidad de optimizar y modernizar estos sectores. Aquí es donde entra la tecnología de la información, proporcionando herramientas avanzadas para mejorar la toma de decisiones, la gestión de recursos y la producción.
Nosotros creemos en la importancia de optimizar el uso del suelo y del agua porque el agua se ha convertido en un recurso escaso, y la tierra o suelo es el elemento fundamental que nos permite producir. Por esa razón hemos hecho mucha inversión, tanto en nuestros desarrollos agropecuarios como en los de nuestros agremiados, para difundir los elementos que puedan contribuir a mejorar la productividad de nuestras tierras y a producir con mayor salud los alimentos y sanidad en los hatos ganaderos. Quiero hacer hincapié que en los últimos años ha sido imposible contar con recursos o apoyos para expandir el conocimiento y esta Federación ha hecho lo imposible con recursos limitados para capacitar al mayor número de propietarios rurales, que en el caso de Coahuila somos los generadores del mayor porcentaje de alimentos disponibles para el mercado nacional e internacional.
Así, hemos encontrado que una de las áreas donde la TI ha tenido un impacto significativo es en la agricultura de precisión. Esta técnica se basa en el uso datos recopilados a través de sensores, satélites y drones para monitorear las condiciones no solamente del suelo, sino las condiciones de los propios cultivos en cuanto a su salud y su ritmo de crecimiento. Es fundamental para todos los agricultores y ganaderos en estos momentos de cambio climático en los que hemos dejado de tener claridad de lo que tradicionalmente eran los tiempos de lluvia y tiempos de sequía, dado que eso determinaba los tiempos de siembra y los requerimientos hídricos para las plantas, contar con estas tecnologías que nos permitan tener información cercana de cómo están modificándose las condiciones climáticas y qué podemos esperar en cuanto a la disponibilidad de agua para el acceso a la infraestructura hidrológica y programar la utilización del agua disponible en las presas.
Nuestros abuelos y nuestros padres solían mirar al cielo para saber cómo determinar sus tiempos, hoy contamos con satélites, drones y servicios de inteligencia tecnológica que nos están informando constantemente lo que podemos esperar. Además, están los servicios de bombardeo de nubes que han probado su eficiencia en algunos casos para llevar a término algún cultivo que de otra forma se habría siniestrado.
Ingeniero, y lo que se está trabajando en agricultura de precisión, además de la parte climática, ¿qué otros beneficios pueden traer a nuestros propietarios rurales, productores del campo?
En la parte de la lluvia y la previsión de heladas o granizadas, tan lesivas para la agricultura, sólo es una parte de la información que los agricultores y los ganaderos podemos derivar para optimizar la productividad de nuestros predios, huertas y ranchos. Con la instalación de sensores adecuados y el monitoreo satelital y con drones, resulta factible monitorear las condiciones de la salud del suelo y las modificaciones en sus rangos de fertilidad. Con esto, sin problema sabes qué mineral o nutriente puede estar faltando para llevar la cosecha a buen término. Pero de igual manera, de acuerdo con el monitoreo de la evolución del cultivo, puedes decidir los momentos y las dosis adecuadas de fertilizantes que requiera la cosecha y, asimismo, contar con información en tiempo real de la aparición de plagas al estar midiendo el estrés que las plantas presentan y saber qué pesticida se debe aplicar. Esto reduce mucho los costos y, obviamente, minimiza el impacto ambiental.
El uso de Sistemas de Información Geográfica (SIG) permite a los agricultores y ganaderos analizar grandes extensiones de tierra, identificando las áreas más productivas y optimizando el uso del terreno.
Ingeniero Atkins, algunos compañeros, propietarios rurales dedicados a la ganadería, han estado implementando ciertas medidas para facilitar el manejo de los hatos ganaderos en sus terrenos, en particular cercas electrificadas o cercos móviles que les permitan una rotación más ágil para transportar a sus animales, ¿qué nos puede decir para ahondar en este tema?
Sí, efectivamente. Hay muchos nuevos mecanismos que están siendo usados en todo el mundo. En el ámbito de la ganadería, la TI ha dado lugar a la ganadería inteligente, que implica el uso de sensores y dispositivos conectados para monitorear la salud, el comportamiento y la alimentación del ganado en tiempo real. Estos sistemas pueden detectar signos tempranos de enfermedades, mejorando la gestión del bienestar animal y reduciendo las pérdidas económicas.
El uso de tecnologías como la Identificación por Radiofrecuencia (RFID) es muy útil en el seguimiento y la gestión individual de los animales, lo que es particularmente favorable en grandes explotaciones ganaderas. La automatización de tareas como la alimentación y la ordeña, aplicada en México desde hace muchos años, ha demostrado que los ganaderos pueden aumentar la eficiencia y bajar el costo correlativo a esta actividad.
Es muy interesante revisar los avances registrados en otros países para contar con estos elementos en la explotación ganadera moderna.
Debemos considerar que dentro de todo esta información y transformación tecnológica se van generando volúmenes importantes de datos cuyo análisis se ha convertido en una herramienta esencial para la toma de decisiones en agricultura y la ganadería. El análisis de grandes volúmenes de datos (Big Data) se ha convertido en una herramienta esencial para la toma de decisiones en la agricultura y la ganadería. A través de la recopilación y el análisis de datos históricos y en tiempo real, los agricultores y ganaderos pueden prever tendencias, identificar patrones y tomar decisiones más informadas.
Por ejemplo, los datos climáticos pueden predecir sequías o lluvias intensas, permitiendo a los agricultores prepararse y minimizar las pérdidas. De manera similar, el análisis de datos en la ganadería ayuda a optimizar la alimentación y mejorar la productividad. Ésta es la importancia de utilizar un recurso tan valioso como la consolidación de la Big Data para tomar una decisión más adecuada y correspondiente con la información recibida en la búsqueda de la sostenibilidad de las prácticas agrícolas y su sustentabilidad.
La TI también juega un papel crucial en la promoción de prácticas sostenibles en la agricultura y la ganadería. Mediante el uso de tecnologías avanzadas, es posible reducir el uso de recursos naturales y minimizar el impacto ambiental. Esto incluye la implementación de sistemas de riego eficientes, la reducción del uso de pesticidas y la mejora en la gestión de residuos.
Además, las plataformas en línea permiten a los agricultores y ganaderos acceder a información y recursos para implementar prácticas más sostenibles y obtener certificaciones que les permitan acceder a mercados más exigentes.
Para concluir, ¿qué recomendaciones le parecen pertinentes para sus compañeros productores del campo?
En realidad deberíamos estar conscientes de que, a pesar de los numerosos beneficios, la integración de la Tecnología de la Información (TI) en la agricultura y la ganadería también presenta desafíos. La adopción de nuevas tecnologías puede ser costosa y requiere capacitación. Asimismo, existe una brecha digital en muchas áreas rurales, donde el acceso a Internet y a equipos tecnológicos es limitado. Sin embargo, estas barreras están disminuyendo con el tiempo, y las oportunidades que ofrece la TI superan con creces los desafíos. La interacción de la Tecnología de la Información en la agricultura y la ganadería ha revolucionado la forma en que se producen los alimentos. Desde la agricultura de precisión hasta la ganadería inteligente, las herramientas tecnológicas están permitiendo a los agricultores y ganaderos ser más eficientes, reducir costos y minimizar su impacto ambiental. A medida que la tecnología continúa avanzando, es probable que veamos un cambio aún mayor hacia prácticas más sostenibles y productivas en estos sectores esenciales.
La velocidad y evolución de estas tecnologías representa un tema de profundo de interés que debemos seguir revisando y analizando en nuestra Confederación Nacional para mejorar el asesoramiento y capacitación entre todos nosotros, quienes finalmente somos los responsables de que la comida no falte en nuestro país.