En la siguiente entrevista conversamos con el Ingeniero Agrónomo Antonio Turrent Fernández para conocer su punto de vista respecto al aprovechamiento eficiente y sostenible de los recursos agrícolas en la producción del maíz de México. El Ingeniero Turrent ha estudiado y publicado sobre cómo alcanzar la autosuficiencia en este grano, así como en la defensa de la ciencia, la biodiversidad del maíz y de sus parientes silvestres en México. También es partícipe del logro grupal de ciudadanos y organizaciones campesinas de la suspensión de nuevos permisos para la siembra comercial de maíz transgénico en México, a partir de septiembre de 2013.
En temas de la alimentación, ¿cuál es el valor de la ingesta proteínica del maíz en la dieta del mexicano?
El maíz aporta alrededor del 30% de la ingesta de proteína y el 59% de la ingesta de energía en la dieta nacional. El proceso de nixtamalización a que se somete la mayor parte del consumo de grano de maíz hace asimilable a la niacina. Esta molécula participa en la respiración a nivel celular y su déficit es causa de la enfermedad conocida como Pelagra, que puede ser causa de muerte cinco años después de su incidencia. Esta enfermedad no ha ocurrido en México gracias a la invención de la nixtamalización por parte de los pueblos originales. La Pelagra apareció en Europa con el consumo de maíz como alimento básico humano y sustituto de otros cereales en la dieta en los estratos más pobres en el siglo XVII. El maíz desplazó a otros cereales por su mayor rendimiento. Desafortunadamente para el resto del mundo, la nixtamalización no acompañó al grano de maíz en su expansión por Europa. En cambio, se notó que los animales que consumían ese grano respondían de manera sobresaliente. De aquí que se adoptó en Europa como forrajero, mas no apto para el consumo humano. Con ese carácter, el cultivo de maíz se expandió al resto del mundo. El desconocimiento de la nixtamalización fue el factor clave del uso prevalente hasta la actualidad del grano de maíz en el mundo. En la actualidad, sólo en unos 20 países se consume maíz como alimento humano y no en todos se nixtamaliza.
¿Cuál es la importancia del maíz en México y de las 59 razas de maíces nativos mexicanos y la amenaza que les representan los maíces transgénicos?
Mesoamérica es el centro de origen del maíz. Fue domesticado a partir del zacate nativo Teocintle por los Pueblos Originarios hace 7000 años. El Teocintle tiene un área de adaptación desde la región noroccidental de México hasta Nicaragua. La hipótesis menos objetada sobre el primer sitio de domesticación es la Cuenca del Río Balsas en el estado de Guerrero. Aparentemente, la mutación de cinco genes fue la clave de la aparición del protomaíz,aunque a partir del Teocintle se puede hacer tortilla y revienta como el maíz palomero, su consumo fue limitado por la característica dehiscente al madurar, por lo que habría que cosechar la semilla dispersa en el suelo. Desde el protomaíz hasta el maíz moderno ha habido compatibilidad por cruzamiento entre el Teocintle y el maíz. Pudo adquirir adaptabilidad a las condiciones locales, adquiriendo los alelos necesarios a partir del Teocintle local y la selección para el uso cultural de los diferentes grupos étnicos de Mesoamérica. De esta manera, la multiplicidad de nichos ecológicos a los que el maíz fue dispersado en Mesoamérica y principalmente en México, dio lugar a la diversidad actual del maíz.
Las 59 razas nativas de México tienen su diversidad por la combinación específica de sus alelos. Una fracción alta de los 50,000 genes del maíz, puede ser ocupado por más de un alelo .Un alelo es cada una de las formas alternas que puede tener un mismo gen; en el maíz nativo de México se han reportado hasta 16 alelos de algunos genes-. Hay genes que no tienen variantes en la especie y también los hay de pocos alelos hasta el caso de 16 alelos o más. Si sólo 5,000 de esos genes tuvieran en promedio 5 alelos, la biodiversidad posible sería igual a 5,000,5 número del orden de los 3 trillones de individuos posibles que sería el tamaño de la biodiversidad. La siembra de maíz transgénico a cielo abierto en el campo mexicano, por las vías de la contaminación y del desplazamiento de las superficies cultivadas con maíz nativo, causará la desaparición trágica de la biodiversidad de los maíces nativos.
Existe ya la experiencia reciente del algodón transgénico introducido hace 10 años. El algodón es una planta que se autopoliniza, lo que reduce la velocidad de dispersión de los eventos transgénicos. Hay estudios que muestran que en menos de esos 10 años, se han identificado eventos transgénicos en el algodón nativo de México en la costa del Pacífico y en Yucatán. En cambio, la biología reproductiva de polinización cruzada del maíz es diferente, resultando una mayor velocidad en la contaminación. Además de esto, el Mejoramiento Genético Autóctono, intrínseco al manejo de los maíces nativos, incluye el intercambio de semillas, a veces en espacios muy distantes y desde luego en las muy cercanas. De aquí que tomaría mucho menos tiempo para alcanzarse la contaminación transgénica total de nuestros maíces nativos.
Hace 40 millones de años se separaron las líneas de ancestros que condujeron al maíz y al sorgo,en ese lapso hubo ciclos de altas intensidades de sequía hasta inexistentes, también de altas y bajas temperaturas, tan o mayores de las que se puede esperar a lo largo del siglo XXI. Solamente los individuos adaptados a esos cambios pudieron pasar sus genes a las siguientes generaciones de ancestros, hasta llegar al Teocintle y de ahí hasta las 59 razas nativas de maíz de México. Es muy probable que en la biodiversidad de estas razas existan dispersos los alelos con la tolerancia genética que será requerida para las nuevas variedades de maíz que se adapten a las condiciones climatológicas que imperarán durante el resto del siglo.
Se han hecho colectas de esas razas nativas, que se tienen en los bancos de germoplasma disponibles en el mundo para todos los que lo soliciten, aunque están disponibles principalmente para los grandes consorcios multinacionales. Éstos invierten en su conservación y manejo. Sin embargo, la biodiversidad del maíz conservado es apenas una fracción de la biodiversidad del mundo. La gran biodiversidad está dispersa y es manejada por la agricultura campesina y étnica,así lo es por lo menos en el caso del maíz de México.
El maíz transgénico como el maíz no transgénico mejorado moderno, son típicamente de una biodiversidad extremadamente reducida, lo que los hace vulnerables al cambio climático. Aunque estos consorcios invierten en desarrollar tolerancia genética contra las tensiones ambientales en sus híbridos, conservando su estrecha biodiversidad, no disponen aún de esa tolerancia ante las tensiones ambientales severas, venideras con el cambio climático. A la vez que los consorcios transnacionales empujan para expandir su mercado, lo hacen a costa de las superficies sembradas con maíces nativos, poniendo en riesgo la biodiversidad que muy probablemente será la base de las variedades que en este siglo puedan adaptarse a las condiciones de tensiones extremas.
Además de este riesgo a la seguridad alimentaria, la uniformidad de los maíces modernos, que en su mayoría son genéticamente forrajeros, ponen en riesgo los más de 600 preparados de la comida intercultural mexicana, que sólo pueden prepararse a partir de la biodiversidad nativa del maíz en México. Aquellos maíces modernos carecen de las características organolépticas necesarias. No se puede preparar tortillas tlayudas, totopos oaxaqueños, tamales, tejate, pozol y pozole, tejuino, y un largo etcétera, con los maíces modernos, transgénicos y no transgénicos. Solamente se pueden preparar con los maíces nativos especializados de México.
¿Cuáles son las estrategias para el mejoramiento del maíz en México? ¿Qué es lo que se busca con estas mejoras? ¿Qué perspectivas podría haber para el desarrollo del maíz QPM (Quality Protein Maize) y mejorar la nutrición de nuestra gente?
Hay dos tipos de mejoramiento genético del maíz: 1) el moderno mMendeliano, que también es base para el Mejoramiento Biotecnológico y 2) el Mejoramiento Genético Autóctono. El Mejoramiento Mendeliano persigue la adaptación agronómica (tolerancia a enfermedades y adaptación a tensiones del ecosistema y a la intensificación al uso de insumos, densidad alta de población, monocultivo) para lograr un alto rendimiento de materia seca de grano. Por lo mismo, se aplica a condiciones benignas de suelo, clima y acceso al mercado. El objetivo del Mejoramiento Genético Autóctono es el autoconsumo alimenticio, persigue la adaptación agronómica a las condiciones agroclimáticas del nicho ecológico del asentamiento humano, por lo que incluye desde condiciones ubérrimas hasta limitativas por el suelo y el clima. Por ser su objetivo, alimentación familiar, el maíz se cultiva tradicionalmente con otras especies alimenticias, así como arvenses (malezas) toleradas con valor alimenticio o medicinal. Este sistema se conoce como la milpa.
El INIFAP desarrolló en los años 70 y 80, variedades mejoradas con el carácter QPM para varias condiciones del país. Estas variedades proceden de una mutación en maíces de textura harinosa del Perú, tienen una proteína de mayor calidad que la que tienen los maíces dentados. Se promovieron esas variedades en reconocimiento de su calidad nutritiva para el autoconsumo. Sin embargo, no fue posible lograr que el precio de comercialización reflejara su mayor valor nutricional, a lo que se suma un menor rendimiento de granos por su textura harinosa y, finalmente, el carácter recesivo de la mutación, que dificulta su manejo en ambientes con biodiversidad que harían desaparecer el carácter por cruzamiento.
En realidad, el carácter opaco no mejora la nutrición humana cuando la dieta incluye el consumo de frijol. Esto es así porque el frijol y el maíz son altamente complementarios en sus proteínas. En esa condición, el maíz QPM no mejora necesariamente la calidad de la dieta.
En temas legislativos, ¿cuáles son los factores por considerar para la protección de las variedades criollas y mejorar la calidad y los valores nutricionales de los granos que se cultivan?
El marco legal para la producción de cultivos da prioridad a lo pertinente entre la producción y el mercado. Ése es el caso de la Ley Federal de Producción, Certificación y Comercio de Semillas publicada originalmente en 1991 y adaptada más al mercado en 2007,también la Ley de Biodiversidad de Organismos Genéticamente Mejorados publicada en 2005. En cambio, la Ley Federal para el Fomento y Protección del Maíz Nativo publicada en 2020, así como la Ley General de alimentación Adecuada y Sostenible publicada en 2024, son proclives a la protección y mantenimiento de los maíces nativos.
Hay enorme desconocimiento en la población urbana nacional, particularmente entre los jóvenes, de las diferencias entre los maíces importados o los modernos nacionales con respecto a los maíces nativos. Estos fueron desarrollados para consumo humano y tienen gran diversidad de colores: blanco, amarillo, rojo, azul, negro, estriados y pintos de varias coloraciones típicos en las mazorcas. Todos estos maíces están especializados para elaborar más de 600 preparados alimenticios a base de maíz, típicos de la comida pluriétnica nacional. El desconocimiento de esos preparados como las tortillas tlayudas, los totopos oaxaqueños, los tamales, entre otros, y el desconocimiento de que solamente se pueden preparar a partir del maíz nativo especializado, por ejemplo, la tortilla tlayuda, que sólo puede ser preparada con el maíz de la raza Bolita, el pozol, comida también popular en las ciudades, únicamente puede ser preparado con maíz de la raza Cacahuacintle y de unas pocas razas más de textura harinosa. Esta parte de la población nacional urbana y, particularmente los jóvenes, ignora que los maíces modernos importados o no, son forrajeros o de uso industrial, no sirven o sirven a medias para la preparación de la comida mexicana que se basa en los maíces nativos. Muchos creen que la pésima calidad organoléptica de las tortillas preparadas a partir de las harinas nixtamalizadas y ampliamente disponibles en los supermercados, son todo lo que se puede esperar en términos de calidad alimenticia de la tortilla como alimento básico. ¡Qué pobres en su ignorancia! Pero también, ¡qué mala educación básica de nuestra sociedad en cuanto a su alimentación!
El desconocimiento mencionado impide que el precio de los maíces nativos sea diferente y justo para valorarlo para consumo humano, en comparación de los maíces forrajeros y de uso industrial importados o producidos en México. El Estado mexicano requiere conducir en paralelo, acciones para educar a la población sobre lo que come y también acercar el comercio de los maíces nativos a la sociedad, y educarla para valorar y estar dispuesta a pagar lo justo en apoyo de nuestros maíces nativos.
En México, la mayoría de las unidades de producción son menores de cinco hectáreas y producen para autoconsumo, ¿cuáles serían las alternativas que considera para mejorar la rentabilidad e incrementar los ingresos de los productores?
El INIFAP y el Colegio de Postgraduados colaboran desde hace 40 años para desarrollar tecnologías de producción para la agricultura en pequeño. Este interés surgió como producto de los principios desarrollados en el Plan Puebla desde 1967 y por titanes del pensamiento en pro de la agricultura campesina como Efraim Hernández X., Leobardo Jiménez Sánchez, Reggie J. Laird y otros. La tecnología conocida como “Milpa Intercalada en Árboles Frutales (MIAF)” es uno de esos productos,persigue cinco objetivos, todos sin dejar de producir alimentos básicos: maíz, frijol, calabaza, arvenses comestibles, etcétera: 1) incrementar significativamente el ingreso neto familiar; 2) aumentar la producción de la milpa; 3) proteger el suelo contra la erosión; 4) aumentar la infiltración del agua de lluvia; 5) mantener la biodiversidad; y 6) aumentar la captura de CO2 atmosférico.
Para incrementar el ingreso familiar, se ha introducido el cultivo intenso de frutales separados 1 metro entre sí en contorno y distanciados 15 metros entre hileras,ste arreglo topológico juega el papel clave en la conservación del suelo, al combinarse con un camellón de residuos de cosecha recargados aguas arriba de cada hilera de frutales y que funciona como filtro de escurrimientos. A la vez, entre las hileras de frutales en contorno, se cultiva la milpa histórica intensificada con la corrección de deficiencias en la fertilidad del suelo y usando el germoplasma de maíz, frijol y calabaza, nativos proporcionados por los mismos productores. De esta manera también se protege la biodiversidad de los cultivos básicos nativos.
El INIFAP y el Colegio de Postgraduados han conducido experimentos permanentes que han durado 20 años. En uno de estos experimentos con la tecnología MIAF-manzana conducido en el municipio de Huejotzingo, Puebla, bajo el sistema de punta de riego, se tuvo la lectura de que el valor de la cosecha de un año de manzana, maíz y frijol de guía larga de una hectárea, tuvo el valor de la cosecha equivalente a 40 toneladas de grano de maíz. La lectura fue un promedio de 8 años. En un segundo experimento conducido en Los Tuxtlas, Veracruz, en una ladera de 18% de pendiente y precipitación promedio de 1,500 mm anuales, la terraza desarrollada con el sistema MIAF-chicozapote, retuvo en 14 años el equivalente de suelo a la mitad de la capa arable.
Este potencial tecnológico incluye la ventaja para la familia, de que cosecha el tipo de maíz, frijol, calabaza y arvenses toleradas que ha acostumbrado a través de generaciones de su línea familiar. La fruta a cosechar tiene el precedente de su significativomayor valor en el mercado que los granos básicos. Así, un kilogramo de manzana que, como fruta fresca tiene el valor de $50 el kilo y que contiene 80% de humedad, si se expresa como materia seca, el precio equivalente es de $250 por kilogramo. En cambio, el valor en el mercado de grano de maíz que contiene 14% de humedad es igual a $6 pesos por kilogramo, que expresado como materia seca es de $7 por kilogramo. El kilogramo de materia seca de la fruta tiene un valor en el mercado casi 6 veces superior al kilogramog de grano de maíz. La diferencia es similar en el mercado de otras frutas frescas. Introducir la producción de fruta a la milpa en forma de MIF es un gran generador de ingreso. Tal es una de las contribuciones de la inclusión de la fruta en MIAF. Y una segunda función del frutal no no menos importante es la de proteger el suelo contra la erosión en condiciones de ladera. El frutal funciona como sostén del filtro de escurrimientos y de la estabilización de las terrazas.
Sin embargo, este potencial para la agricultura en pequeño depende de la organización de las unidades de producción para el mercado de fruta fresca. El Estado es clave de este desarrollo. Es ventajoso que las pequeñas unidades de producción de una región se especialicen en un frutal y que obtengan acceso confiable al mercado. Una sugerencia podría ser comenzar con una región piloto compacta en tierras con temporal benigno de 500 a mil hectáreas en laderas de Chiapas, Oaxaca o Guerrero, dedicada a MIAF-aguacate y conectada al mercado. El Estado asumiría la función clave de tecnología y capacitación, de organización e infraestructura, crédito y asistencia técnica. Una parte básica del programa sería que se prohibiera el desmonte y se dedicara exclusivamente a laderas ya dedicadas a la agricultura en pequeño.
Ante la problemática de los bajos precios de comercialización de los granos en México y el contraste con los altos costos para la producción, ¿qué acciones debería realizar el gobierno para proteger a los productores nacionales?
México debería dar un seguimiento muy preciso a la conocida estrategia del “dumping” que Estados Unidos aplica a la exportación de maíz, que ha sido citada por autores como Tim Wise. La magnitud del subsidio que conduce al dumping es factor clave de los bajos precios del mercado internacional del maíz y de otros granos que ese país exporta. México debería aplicar una estrategia simétrica de subsidios para apoyar a sus productores de maíz y otros granos, usando el conocimiento detallado y continuo de esa política norteamericana, que hace artificialmente más competitiva su oferta de granos de exportación y que mantiene el precio artificialmente bajo. Tal estrategia norteamericana se contrapone a los principios del libre comercio entre los países miembros del TLC. Para esto, el gobierno mexicano requiere invertir para realizar el seguimiento de esa política y aplicar una político cimétrica, esto traería alivio al bajo precio internacional del maíz. Tal podría ser de gran ayuda para los productores empresariales del país. Pero hay más en el tema del apoyo que da el gobierno norteamericano a sus productores, tales como sus planes multianuales con base legal, que habrían de ser estudiados cuidadosa y permanentemente por parte de México. Estos conocimientos servirían como argumentos en las negociaciones del TLC.
En lo que compete a los altos precios de los insumos de la producción de grano de maíz, particularmente los de importación, el gobierno de México podría hacer acciones para reducir los costos de intermediación y, como en el caso de los fertilizantes, producirlos en el país.
De acuerdo con los estudios prospectivos realizados por su equipo de trabajo, ¿qué se requiere para lograr autosuficiencia alimentaria en nuestro país?
México cuenta con los recursos naturales de tierra y agua e infraestructura institucional y tecnológica para lograr la autosuficiencia nacional de maíz. El país recibe anualmente 1,530 km3 de agua en forma de lluvia sobre su territorio nacional; 147 km3 son retenidos por la infraestructura hidroagrícola construida a mediados del siglo pasado, 410 km3 escurren en ríos hacia el mar sin uso consuntivo; el resto se infiltra profundo o es evapotranspirado por la vegetación. El 67% de esos escurrimientos ocurre en ocho estados del sur-sureste del país. Hemos estimado que con sólo usar 60% de esa agua de escurrimiento y con una infraestructura hidroagrícola que permitiera un 60% de eficiencia de riego, y la aplicación de una lámina de riego de 1.5 m, se podría duplicar la superficie de riego total del país, que actualmente es del orden de 6.3 millones de hectáreas.
Hay, además, una significativa reserva de tierras de labor de buena a excelente calidad no ocupadas por vegetación natural, principalmente en la misma región sur-sureste del país. Parte de esa tierra ya se cultiva en el ciclo Primavera-Verano bajo condiciones de temporal y permanece ociosa en el ciclo Otoño-Invierno por falta de humedad,también hay una gran fracción de buenas tierras ocupadas por ganadería extensiva bajo temporal. Durante la época de lluvias hay pasto abundante para la producción de leche y un becerro al año funciona muy bien, pero en el ciclo de sequías (noviembre a mayo) escasea el pasto y baja drásticamente la producción de leche y de carne. El tipo de ganadería extensiva podría ser transformada al manejo integral agropecuario, estabulando o semiestabulando el ganado y, liberando la tierra de calidad agrícola para producir los forrajes de maíz, sorgo y soya para su consumo y para liberarlos al mercado.
La región noroeste del país tiene la combinación perfecta de tierra plana y profunda, y de sierra poco habitada y captadora y almacenadora de agua de lluvia. En cambio, la región sur-sureste tiene tierras planas, onduladas y frecuentemente poco profundas. Estas condiciones se prestan mucho menos al riego por gravedad como en el noroeste del país, y las Sierras tienen asentamientos humanos. Por esto, el riego de la región sur-sureste tendrá que ser mayoritariamente presurizado, requiriendo por tanto de electrificación y de maquinaria de riego, lo que lo hará más caro. Sin embargo, la región al norte y centro del país tiene clima semiárido, lo que la hace seriamente susceptible al cambio climático. Si no llueve lo suficiente en la Sierra de Chihuahua, no habrá agua en las presas de Sonora, si no llueve suficiente en Durango, tampoco habrá agua para llenar las presas de Sinaloa. Es urgente incrementar con mejor tecnología la eficiencia del riego en el noroeste del país, la que actualmente es muy baja, del orden de 30-40%. Se ha expresado que corregir esa ineficiencia será prioritario en el actual sexenio, lo que está muy bien. Sin embargo, desafortunadamente, la amenaza del cambio climático sólo será paliada por esa iniciativa.
La probabilidad de que por el cambio climático no llueva en las sierras de la región sur-sureste del país es significativamente menor que en la Sierra Madre Occidental. Muy probablemente la apuesta de invertir significativamente en infraestructura hidroagrícola y en electrificación en el sur-sureste sea inevitable por el cambio climático, y habría de iniciarse con prioridad para que el país pueda alcanzar la autosuficiencia alimentaria a pesar de este fenómeno.
Se requerirían varias acciones del Estado para hacer válida la duplicación de la superficie bajo riego del país,estas acciones habrían de ser graduales, probablemente dentro de un período de cinco a diez años. Comencemos con el factor tecnológico. Durante los años 1989 a 2002, el INIFAP condujo experimentación de campo en el ciclo Otoño-Invierno, bajo riego, en seis estados del sur-sureste. A partir del año 2003 se continuó la investigación con maíz de riego en el mismo ciclo agrícola en el estado de Chiapas. La hipótesis bajo cotejo fue: “la producción potencial nacional actual de maíz puede ser duplicada si se acondiciona para la producción agrícola las reservas de agua dulce y de tierras de calidad agrícola del sur-sureste del país”.
Para cotejar esta hipótesis, se condujo experimentación en parcelas ubicadas representativamente en esa región que contaban con riego, aún de tipo artesanal. La experimentación se condujo durante los ciclos Otoño-Invierno. Los resultados sugieren que aplicando la tecnología pública disponible: híbridos, fertilización, protección y riego, se obtendría un rendimiento del orden de 10 t/ha. La producción potencial nacional actual de maíz igual a 33 millones de toneladas anuales de grano -la producción alcanzada actual es del orden de 27 millones de toneladas- podría llegar a ser de 63 millones de toneladas anuales, si se añaden 3 millones de hectáreas habilitadas con riego. El consumo nacional anual aparente de grano de maíz es del orden de 46 millones de toneladas anuales. Hay más reservas de agua dulce y de tierra de calidad agrícola que esos 3 millones de hectáreas incluidas en el cálculo previo, para lograr aún mayores producciones nacionales si se requirieran. Sin embargo, el cambio climático reducirá el potencial productivo nacional actual de 33 millones de toneladas de grano anuales, por lo que pudiera ser imperativo en el futuro recurrir a la totalidad de las reservas de agua dulce y de tierras de labor del sur-sureste del país.
Otras acciones del gobierno mexicano tienen que ver con la redacción constitucional que habría de modificarse para estimular la integración agropecuaria de la ganadería extensiva al nivel de la unidad de producción. Finalmente, el país tendrá que hacer la inversión en desarrollo de la infraestructura hidroagrícola y en la electrificación de la región sur-sureste para hacer posible el aprovechamiento de las reservas de agua dulce y de tierra de labor.
¿Cuál considera que es el futuro de la producción de granos en México?
En 1994, la tasa anual de crecimiento poblacional del país fue +1.35% y bajó a +1.17% en 2014. En el mismo período, la producción nacional de maíz creció a la tasa anual de +0.95%, la de trigo al +0.28%, la de frijol al -0.45% y la de arroz al -3.60%. Claramente, la producción de esos cuatro granos básicos creció a tasas inferiores a las de la población nacional o decreció, lo que lo ha alejado de la autosuficiencia alimentaria.
México tristemente sobresale entre los países de la OCDE por su baja inversión en apoyo al campo. En 2012, México sólo invirtió el equivalente al 0.7% de su Producto Interno Bruto (PIB) que fue de 8.7 mil millones de dólares anuales (MMDA) para apoyar al campo. Corea del Sur invirtió 23.3, Indonesia 32.0, Japón 71.3, Estados Unidos 156.4 y China 193.4 MMDA en apoyo a su campo. Estados Unidos tiene siete veces más tierra de labor que México e invierte en apoyo al campo tres veces más por hectárea que México, China con seis veces la tierra de labor invierte cuarto veces más por hectárea que México., por último, Japón que tiene la quinta parte de la tierra de labor de México, invierte 43 veces más por hectárea que México.
En 1985, el país integró los tres institutos de investigación para la producción agrícola, pecuaria y forestal: el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas, el Instituto Nacional de Investigaciones Pecuarias y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales. La nueva institución de investigación para la producción del campo creada en ese mismo año es el actual Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias.,esta acción fue en reconocimiento de las ventajas de integrar la investigación científica y tecnológica para el campo de manera que reflejara la integración que tiene el sector en su explotación, además fue muy benéfica institucionalmente. Sin embargo, fue acompañada de fuertes reducciones en su presupuesto. La capacidad de compra que tenían en conjunto los tres institutos en 1985 ha sido sistemáticamente reducida al grado de que en la actualidad esa capacidad de compra es por lo menos diez veces inferior a lo que el país invertía en investigación en aquel año. El número de investigadores se ha reducido a la mitad por lo menos.
Esta desincentivación ha dado lugar a una creciente dependencia tecnológica de instituciones internacionales como el CIMMYT, FAO y otras, y de los consorcios transnacionales. Es obvio advertir que particularmente estas últimas no persiguen apoyar para alcanzar la autosuficiencia alimentaria, persiguen el lucro y el crecimiento incesante de su poder comercial,para lograr esto, usan su creciente poder comercial y el poder político de los países donde se originaron. También, como adaptación a los requerimientos del Tratado de Libre Comercio, el país ha reducido sus subsidios en apoyo al campo, ingresando a una espiral regresiva que es además impulsada por los intereses transnacionales.
Por este camino que el país sigue desde hace más de 30 años, no se logrará el objetivo de la autosuficiencia en granos básicos y proteína animal para la alimentación, ni se parará el deterioro de sus superficies arboladas y de la vida silvestre que soporta. El país tendrá que cambiar drásticamente su derrotero. Desafortunadamente, si no lo hace, el cambio climático que ya está encima del mundo, lo llevará a una dependencia alimentaria que puede ser catastrófica en los próximos 20 años. Lo que más subleva el pensamiento es que el país tiene los recursos naturales y tecnológicos para alejarse de ese destino, pero que le ha faltado visión colectiva. Todavía estamos a tiempo y tenemos con la 4T la oportunidad de corregir el rumbo.