El Dr. Bram Govaerts, director general del CIMMYT, recibió a AGROMUNDO para compartir el gran quehacer científico que este organismo internacional realiza en favor de la producción de alimentos en el mundo. El reconocimiento al logro de los propósitos del CIMMYT es indiscutible cuando se tiene un impacto en el 70% del trigo que se produce en el mundo y el 50% de las variedades de maíz.

AGROMUNDO: A partir del legado de Norman Borlaug, que dio origen al CIMMYT, ¿cuáles son los principales retos de sus investigadores, multi y transdisciplinarios, que enfrentan en el mundo y en México para incorpo- rar con los agricultores las prácticas que ustedes tienen y difunden de la semilla correcta y la agricultura de conservación a partir del método take it to the farmer? ¿Podría ahondar a qué se refieren estas prácticas?

DR. BRAM GOVAERTS: Me da muchísimo gusto que estén aquí, nos hacía falta esta comunicación directa. Desde que el Centro se estableció en México, incluso cuando el Dr. Borlaug llegó aquí hace más de 80 años, y a lo que en ese momento era la Oficina de Estudios Especiales, tenía la inquietud de que las innovaciones surgidas desde la ciencia llegaran a los productores. Cuando inicié en el CIMMYT, hace poco más de 15 años, aún vivía el Dr. Borlaug y, en su última visita a Ciudad Obregón, me dijo: “te encargo take it to the farmer”, porque una de sus preocupaciones –que desde entonces se volvieron mis preocupaciones también– era que las innovaciones del CIMMYT se ex- tendieran a todo el mundo, pero también a México en donde, en ese momento –hace más de una década–, la relación con los productores no era tan estrecha y los retos ya exigían que los productores y el Centro fueran mucho más cercanos. Es cuando hicimos MasAgro, un programa que apoyó a más de 500,000 productores.

Esa misma filosofía sigue hoy, es la filosofía de take it to the farmer: garantizar que lo que hacemos llegue a los productores. En México, básicamente todas las semillas de trigo que se siembran vienen de la investigación del CIMMYT en conjunto con el Inifap (Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias), con quienes trabajamos estrechamente estas variedades y las estrategias que permitan tener impacto en el campo.

Cuando revisamos qué estaba haciendo el Centro, diseñamos la estrategia 2030 de la institución, con la que queremos resaltar la necesidad de un pensar más sisté- mico. ¿Por qué? Porque nos dimos cuenta de que la semilla sola no resuelve las cosas, es como tener un Ferrari y correrlo en terracería en donde no podrá alcanzar los 230 km/h de lo que es capaz, por eso debes tener el camino pavi- mentado. El camino pavimentado es la agronomía. Adicionalmente, decimos que, si pones a un niño de 3 años o 7 años en el Ferrari con el camino pavimentado, va a chocar el coche, por eso también hay que aprender a manejarlo, aprender a ver las señales. En ese sentido, es necesario proveer capacitación a los productores y entender hacia dónde quieren ir, porque ellos tienen que decidir cuál es la meta a la que se dirigen. Por último, si tienes un Ferrari, entendido como la semilla, si tienes el camino equivalente a la agronomía y la agricultura de conservación, si tienes al conductor capacitado, pero ven- das los ojos del conductor y le tapas los oídos, indiscutiblemente va a chocar el coche. Entonces, lo que necesitamos garantizares que a los productores les llegue la in- formación, los datos para poder to- mar una buena decisión. Creo que es justamente parte de lo que las plataformas de comunicación, o los medios en general, pueden contribuir, para que ellos tengan más información en la toma de decisiones, porque al final, el conductor y el que apunta hacia dónde se va, es el productor.

Ese mismo productor debe regresarnos información para que nosotros podamos hacer una mejor investigación, ya que el gran reto es cómo aseguramos que todo este trabajo en conjunto funciona. En la experiencia hemos aprendido muchas cosas y creo que México tiene una gigantesca oportunidad de equipar a sus pequeños productores para ser competitivos y ser la solución del cambio climático, pero necesitamos que todo el conjunto alrededor de ese productor o productora funcione para que puedan tomar las decisiones pertinentes y tengan acceso a la tecnología adecuada, porque también pasa al revés, el productor sabe cuál es la mejor decisión, pero no tiene las herramientas para implementarla, entonces es igual de frustrante cuando sabes a dónde ir pero no tienes el empoderamiento o el acceso a lo que te puede hacer llegar ahí.

El CIMMYT quiere trabajar muy fuerte esa atención integral, no solo ser un generador de semillas, sino generar todo el conocimiento de agricultura, conservación, de mercados, de mejores prácticas, por un lado y, por otro lado, poder catalizar todo el ecosistema de colaboradores que se necesita para que esto funcione. Ahí están ustedes como organización, están las empresas, el que compra, el que vende, pero en el centro de todo esto se encuentra el productor porque en última instancia es quien debe tomar las decisiones.

AGROMUNDO: ¿Qué experiencia tienen en otros países con las pequeñas parcelas de producción? ¿Qué tan difícil es hacerlo en comparación con el trabajo de grandes productores?

DR. BRAM GOVAERTS: El CIMMYT fuera de México, en otros países, ha sido extremadamente exitoso con pequeños productores. En África, por ejemplo, no hay grandes productores, la mayoría de los productos con quienes se trabaja son pequeños productores. Si nos vamos a la India, las áreas en donde tuvimos muchísimo éxito son las que se llaman los Indo Gangetic Plain, con sistemas de arroz y trigo, y todos son pequeños productores, ya que por el tema de la sobrepoblación, toda la tierra está muy dividida, por eso tenemos una larga trayectoria en el trabajo con pequeños productores.

Ahora bien, considerando una intervención sistémica, los pequeños productores tienen una agilidad de adopción que los grandes productores a veces no tienen; a lo que me refiero es que el pequeño productor puede ejercer grados de libertad e innovar más fácilmente porque puedes controlar mejor un terreno pequeño. El productor grande ya tiene un proceso, maquinaria andando; cambiarle una cosa es complicado porque, además del riesgo, si modificas algo vas a afectar grandes superficies. Para nosotros, el tema de innovación se encuentra en potencia con los pequeños productores.

Cuando el CIMMYT inició su trabajo en México, mayoritariamente fue con productores en el Bajío y en Sonora, que hoy son grandes productores, pero no lo eran cuando comenzamos a trabajar con ellos hace muchos años. Hoy, la mayoría de nuestro trabajo es en el sursureste de México. No hemos dejado de proveer nuevas semillas y prácticas mejoradas a los grandes productores, pero mucho del actual trabajo de innovación está ocurriendo en estados como Oaxaca, Chiapas, Tlaxcala, con productores de pequeña escala. También participamos en la organización social, porque ese es un factor fundamental. Con el nuevo rumbo del CIMMYT, esa parte del tejido social es para nosotros muy importante. Recientemente hicimos una revisión de la historia del CIMMYT y uno de los temas que nos pareció muy importante fue la incorporación de una directora para los temas de género, equidad, la inclusión social y jóvenes, quien está trabajando con personal de las áreas de investigación y de organización, ya que debemos partir desde nosotros en cómo analizamos los problemas y cómo iniciamos nuestra investigación considerando estos temas sobre el tejido social.

Todas nuestras innovaciones tienen que estar listas para apoyar o, por lo menos, siempre ser respetuosas del tejido social y la cultura. En la actualidad, la prioridad en las variedades no es el rendimiento; si tenemos que escoger entre una variedad con alto rendimiento, pero baja calidad para procesamiento en la cocina, y una variedad con me- nos rendimiento, pero con alto con- tenido de zinc y altos contenidos nutricionales, vamos a optar por la segunda. Hace 60 o 50 años el rendimiento era más importante que cualquier otro factor, pero ahora sí hay un cambio en este sentido; lo mismo con la maquinaria de antes y la de innovación porque ahora se impulsa una mecanización a escala adecuada y climáticamente inteli- gente. Cuando se incursionó en ese ámbito buscábamos ciertos resultados. Hoy la maquinaria que sale del CIMMYT debe tener por lo menos una opción para que también la mujer pueda manejarla, manipularla o trabajarla. Yo mismo tengo la experiencia de Etiopía donde muchas de las tierras no podían ser trabajadas por las mujeres, ya que no tenían permitido culturalmente que trabajara con animales. Por eso encontramos ahí la necesidad de desarrollar maquinaria pequeña.

AGROMUNDO: Dentro de la experiencia internacional Doctor, ¿han encontrado ustedes alguna fórmula de organización social que funcione mejor que otras? Por ejemplo, en México tenemos los ejidos, tierras comunales, colonias o cooperativas. ¿Cuál considera que funciona mejor?

DR. BRAM GOVAERTS: Hay muchas construcciones sociales y creo que la construcción per se no es el tema. El asunto es la conciencia de las relaciones de poder; las cosas funcionan mejor cuando estamos conscientes de esas relaciones, en donde de entrada aseguramos que todos tienen una voz alrededor de la mesa. Dentro de esto todavía hay muchos modelos. Si estamos conscientes de las relaciones de poder, podemos influir en ello y manejar positivamente. Siempre habrá una construcción social y eso inherentemente tiene una relación de poder que puede ser de muchos tipos, institucionalizada o informal. La relación de poder per se no es mala, sino el mal uso de esa relación de poder y excluir a individuos del grupo, lo cual fomenta que haya pocos que ganen y muchos que pierdan. Ese es un mal uso de dicha relación de poder. Creo que los modelos que tratan de ser equitativos deben asegurar que todos crezcan, es decir, no se trata de distribuir la miseria para que todos estén igual. Es la distribución justa de la riqueza, el conocimiento y el poder lo que permite avanzar socialmente en la dirección correcta. En ese tema, cada país debe tener una conversación y decidir cuál es el rumbo que quiere seguir.

La dirección correcta es, regresando a la analogía del coche y los caminos, no en sentido de la corriente política. Tú puedes decidir las direcciones hacia dónde quieres ir y a dónde quieres llegar, entonces ahí el CIMMYT ha desarrollado muchas metodologías que han sido exitosas en esos países donde hemos podido hacer un ejercicio de determinación de rumbo, un ejercicio de construcción que llamamos escenarios transformacionales, lo que significa que nos juntamos con todos los actores y construimos potenciales escenarios. Ninguno es bueno, ninguno es malo, todos diseñan un potencial futuro y luego pueden hacer las cosas, escogen el escenario que consideran el mejor que pueden alcanzar. También pueden decir “no sabemos cuál de estos es el mejor, pero podemos hacer estas cosas que son buenas en cualquiera de los escenarios proyectados”. A partir de este ejercicio, hay países en donde nos han permitido, junto con sus instituciones, diseñar el plan táctico que apoye el camino hacia esos escenarios. El plan táctico suena a algo muy elevado, pero es básicamente identificar los motores de cambio, qué se tiene que hacer y en qué tienen que enfocarse, dando el siguiente paso para que el CIMMYT gestione la implementación de ese plan; un ejemplo muy reciente fue en varios países de África, donde previeron que iba a haber otra crisis derivada de los efectos de El Niño, fenómeno meteorológico que también pega en África y genera sequías muy fuertes. Para estos países, el CIMMYT diseñó un plan que se hizo llegar a los productores, incluyendo agricultura de conservación y semillas resistentes a la sequía. Teníamos millones de hectáreas con semillas resistentes a la sequía. Esto hizo que, en países como Tanzania, Zambia o Malaui, El Niño no tuviera el impacto devastador que pudo haberse dado. Esas semillas venían de la biodiversidad resguardada en el Banco de Germoplasma que el CIMMYT custodia en México. De las diferentes semillas probamos cuáles de ellas eran resistentes a la sequía y fueron parte del mejoramiento que hicimos, en el que juntamos dos semillas, emulando a una mamá y un papá, de los que surge un hijo con las características mezcladas; para las semillas haces lo mismo, pero detenidamente vas escogiendo lo mejor de los dos. Lo importante en ese plan fue que el maíz tiene características de control de plagas, en específico, resistencia al gusano cogollero. Aquí en México se tiene al gusano cogollero, pero en África no lo conocían, no era una plaga que existía, sin embargo, hace 10 años ese gusano viajó con alguien por avión y llegó a África, devastando regiones completas porque los productores no lo conocían, ni sabían manejarlo, incluso aquí en México es complicado hacerlo. Aunque aquí fue fundamental que ya teníamos aprendizajes, lo cual facilitó que nosotros pudiéramos prevenir el impacto de la plaga.

Otro ejemplo de estas conexiones es una enfermedad que se llama UG99, una roya nueva del trigo que apareció en Uganda. Inmediatamente que la enfermedad surgió en África, el CIMMYT investigó toda la biodiversidad de trigo que tenemos porque ninguna de las semillas sembradas a nivel mundial tenía resistencia a la roya UG99. Entonces, lo que hizo el CIMMYT fue, primero, poner un sistema de alerta temprana para ir monitoreando el comportamiento de la UG99. Luego empezamos a desarrollar variedades resistentes en las estaciones experimentales de Toluca, El Batán y Obregón. De todas las variedades sembradas, revisamos cuáles de ellas eran resistentes a la UG99. Las que encontramos resistentes, las incorporamos en el proceso de mejoramiento y todas las nuevas variedades ahora son resistentes a UG99. Esta enfermedad jamás llegó a México por ese trabajo, cuando la probabilidad era muy alta debido a la gran relación e interacción comercial que existe; basta que un solo grano enfermo llegue aquí en un barco y, listo, afecta a todo el cultivo. Por lo que ese intercambio de conocimiento entre continentes, la conexión que realiza el CIMMYT de las realidades internacionales, es también un sistema de prevención poco conocido y visto, pero muy importante.

AGROMUNDO: Lo fundamental para la sobrevivencia de la humanidad, Doctor, porque cualquiera de estas cosas puede pasar en algún momento.

DR. BRAM GOVAERTS: En el contexto que estamos viviendo, incluso es un tema de seguridad nacional. Creo que es trascendental la inversión en agricultura, ciencia e innovación, y la importancia del trabajo de centros como el CIMMYT y sus colaboradores porque nosotros solos no podemos hacer nada, operamos en 80 países y tenemos impacto positivo en ellos. El 70% del trigo sembrado globalmente y 50% del maíz viene de trabajos del CIMMYT. Todo este trabajo no lo desarrollamos solos, lo hacemos con el sistema local de investigación, como el Inifap en México, las ONG locales, las organizaciones de productores locales, las organizaciones de productores, el INEGI, la Universidad Narro o Chapingo, y muchas otras instituciones. Creo que por eso es tan importante el ejercicio de escenarios y de qué futuro se quiere, porque entonces todos sabemos que estamos yendo en esa dirección y así también el CIMMYT tiene que tomar decisiones estratégicas de hacia dónde enfocar sus investigaciones y soluciones, las cuales va a desarrollar en conjunto con estas organizaciones que menciono. En Kenia, por ejemplo, la situación es diferente porque ahí comen ugali, y para nosotros es la tortilla, de manera que los esfuerzos deben dirigirse en garantizar la calidad de esos alimentos básicos.

Una de las cosas que hemos trabajado muy fuerte en este nuevo pensar del CIMMYT es asegurar y hacernos responsables de que la información llegue a los productores, por eso ahora también medimos nuestro éxito como organización a través del hecho de que las cosas lleguen al productor. Antes mediamos qué tan buenos éramos al generar las innovaciones, hoy medimos qué tan exitosos somos siempre que estas innovaciones sean adoptadas por los productores, porque podemos tener muy buenas innovaciones, pero si no llegan al productor, estas no sirven de nada.

AGROMUNDO: En ese sentido, ¿cuáles son los mecanismos que ustedes han desarrollado para poder llegar a ellos?, porque hablábamos un poco sobre esta transición de ser un centro de investigación de semillas para compartir un sistema integral de producción al agricultor basados en la sustentabilidad, entonces, ¿cuáles son los mecanismos que ustedes como organismo están desarrollando para hacer esto más fácil?

DR. BRAM GOVAERTS: Justamente son lo que nosotros llamamos las redes de innovación y hemos generado una metodología, la metodología de los hubs, es decir, los nodos de innovación, en los cuales seleccionamos zonas agroecológicas desde un plan integral para un país o un plan para esa zona agroecológica que tiene necesidades específicas. En México, por ejemplo, los pequeños productores en la zona tropical de Chiapas y la zona de riego triguera de Sonora tienen necesidades de semillas y prácticas agronómicas diferentes. En el caso de Sonora deben ser inicialmente eficientes en el uso de agua, en Zacatecas la agricultura de temporal demanda variedades resistentes a la sequía, entonces incluso el tipo de prioridad que se dé al tipo de intervención depende de esa agroecología, y luego trabajamos con las ONG, la iniciativa privada y organizaciones locales, con el propósito de hacer una red de conocimiento, conectarlos y asegurar que la semilla o la innovación se extiendan adecuadamente al productor. Como ejemplo de esta vinculación, cuando yo llegué a México en el 2010, había muy pocas semilleras nacionales, solo las transnacionales que atendían el norte, y muy pocas semilleras en el centro y sur. Hoy tenemos 60 semilleras nacionales, ¿cuál era el problema? Las semilleras pequeñas no podían, ni tenían la fuerza de investigación que tenían las grandes, y algo sencillo que hicimos en CIMMYT fue que juntamos a las pequeñas semilleras con las grandes.

Deja explicarme, parte del éxito en el CIMMYT es su capacidad de tener sitios de evaluación para entender qué semilla es buena. Entonces, si la compañía grande tenía 150 sitios de validación, una compañía pequeña tenía 2 o 3, ¿cómo iba a poder tener la misma fuerza? Lo que hicimos fue juntar todas las empresas semilleras y pedirles que compartieran sus materiales y siembra entre ellos. Eso parecería contraintuitivo, pero compartieron los sitios y el CIMMYT independientemente recibió los datos de todos, los organizó y el mismo día envió todos de regreso, de manera que de tener tres sitios, cada semillera pasó a tener 150, pero con el costo de tres sitios. Esta multiplicación de beneficios fue posible porque se intercambiaron los datos para todos por igual, donde los mayores beneficios son para aquellos que utilicen esa data para la toma de decisiones.

Otro tema son los extensionistas de gobierno, ¿cómo aseguramos que su extensionismo está basado en conocimiento más reciente? En estos casos a veces hay un desfase, porque como centro generamos los conocimientos, pero en ocasiones los extensionistas están desvinculados completamente de estos nuevos conocimientos. Entonces, ellos pueden estar sembrando algunas semillas mejoradas que resisten, pero quizás ya hay algo mejor, por lo que necesitamos cerrar esa brecha. La metodología del hub busca asegurar que no exista este hueco, no solo para hacerles llegar lo último que tenemos, sino también al revés. Nosotros usamos muchísimo la información que viene de los extensionistas para identificar lo que realmente le funciona al productor.

AGROMUNDO: ¿Y cualquiera puede tener acceso?

DR. BRAM GOVAERTS: Cualquier persona puede tener acceso a estos hubs. Hoy estamos operando varios, obviamente es un tema presupuestario, puedo tener tanta gente en estos hubs operando como presupuesto haya para ejecutarlo, pero también creo que es una cuestión de conciencia sobre realizar esta pequeña inversión. Hacer esos ejercicios estratégicos y aplicar tal metodología puede también generar el retorno sobre la inversión de los demás programas y acciones que se aplican en el campo porque la metodología del hub hace que el extensionista sea más efectivo.  Esto puede medirse porque tenemos un sistema de medición e indicadores en el que el extensionista pone sus datos que, a su vez, llegan a una gran base de datos. Así, tanto el gobierno como la iniciativa privada pueden observar de manera honesta y clara cómo avanzan sus iniciativas y, al mismo tiempo, el extensionista recibe nueva información de cómo hacer mejor su trabajo. Por eso la efectividad de los 100 dólares o los 100 pesos que el gobierno invirtió en ese extensionista se traduce en impacto directo en el campo, porque cuesta lo mismo tener un extensionista efectivo que uno no efectivo, pero el impacto en el campo será muy diferente.

Tenemos un programa en Sudán, país que está ahora en guerra, donde muchas ONG empezaron a entregar semilla para sembrar, pero se estaba entregando semilla que no funcionaba. Respecto a esa situación, nosotros ya generamos una mesa de diálogo para decir que la semilla correcta debe ser la resistente a la sequía, ya que una de las causas de la guerra fueron las sequías recurrentes, y con esto, vamos atendiendo tanto la falta de comida como sentando las bases de una agricultura para la paz. Creo que también en México es muy importante que no perdamos esa articulación y conexión entre la ciencia y la innovación, con el extensionismo y todos los actores que están en el campo.

AGROMUNDO: Ante el panorama de sequía que tenemos en México desde hace más o menos 5 años y que ha generado un gran impacto en la producción de granos, ¿están ya trabajando en proponer algunas acciones específicas en estados trigueros, como Sonora, Baja California o en Chihuahua, que pudieran mantener los cultivos y al productor, y generar ingresos económicos?

DR. BRAM GOVAERTS: Para esto el CIMMYT ha invertido mucho tiempo en la generación de prácticas de agricultura de conservación, que son prácticas que aprovechan la poca agua que cae y aprovechan mejor el sistema. En zonas agrícolas de estados como Sonora no había mucho incentivo hacia estas prácticas porque el agua estaba disponible; hoy estamos viendo que el agua ya no la tenemos tan disponible, por lo cual esas nuevas prácticas ahora generan mucho interés para poderlas aplicar y poder sembrar. Esto también se convierte en un tema colectivo porque sí hoy hacen cálculos al decir -solo por poner un ejemplo- que hay disponibilidad de agua para 50 hectáreas, cuando con agricultura de conservación serviría para 75 hectáreas, eso significa que un mayor número de productores pueden seguir activos; alrededor de 50% más de productores que no tienen que emigrar ni buscar otras opciones. Por esa razón estamos complementando mucho con prácticas agronómicas que puedan utilizar mejor el agua. Y el elemento agua se vuelve mucho más importante en el México de hoy, tanto para temporal como para riego. En riego hay una escasez de agua porque ya no hay mucha disponibilidad; en el tema temporal, las aguas son menos predecibles o constantes, por lo que necesitamos generar los sistemas para que puedan sobrevivir con los recursos disponibles, donde el productor que más capacidad tenga para mitigar los efectos del clima durante ese período difícil, es el que tendrá mejor rendimiento. Nosotros queremos trabajar con todos los actores de los sistemas agroalimentarios y creo en la complementariedad entre el acceso a toda la innovación internacional y el entendimiento de los problemas locales, lo cual tenemos que aprovechar más en los años que vienen.

AGROMUNDO: ¿Y este mismo sistema aplica también para maquinaria?

DR. BRAM GOVAERTS: Totalmente. Nuestra maquinaria la mandan a los hubs y ahí la pueden reproducir. Lo bueno del CIMMYT es que todo lo que hacemos nosotros automáticamente es Patrimonio de la Humanidad, todos los diseños están disponibles libremente, todo está en la página web. De hecho, tenemos unos sistemas en Ipad que te identifican o mandan la maquinaria y el plano al herrero local, pero en algunas ocasiones el herrero local no sabe cómo manejarlo, de modo que hay un sistema en Ipad donde la máquina aparece de manera virtual. Entonces, en el Ipad ves la máquina real y la máquina como debería ser (desde la parte visual). El herrero puede ver dónde hay una falla y manipular la imagen, ya que es 3D, y así es posible comparar cómo debería verse y cómo se tiene. A partir de esta herramienta visual puede entenderse todo lo que hacemos y está disponible para todos. Es relevante mencionar que sí patentamos. Tengo una oficina grande que se dedica a eso para poderlo liberar luego, pues uno de los errores que hicimos antes era no patentar, de modo que otros lo hacían, guardándolo y cobrándonos de regreso. Dada esa situación, ahora sí aseguramos que tenemos la propiedad intelectual muy controlada, bien documentada, y esto mismo ocurre con las semillas. Nosotros como CIMMYT no podemos dar derechos de autor porque el conocimiento tiene que estar disponible para todos; como organismo no podemos dar el derecho a uno solo, tenemos la obligación de que el conocimiento esté al alcance de cualquier persona.

AGROMUNDO: En el tema de las semillas y su disponibilidad hacia la humanidad con acceso a todo este conocimiento, hablando de los actores y los actores políticos en México y desde el sexenio pasado, tenemos el problema de los transgénicos, que no quieren que se nos involucre. No sé si ellos también consideren como transgénico las hibridaciones que ustedes desarrollan, porque hablan de hibridaciones; y es algo que también hace el Inifap. ¿Cuál es su perspectiva sobre este tema? ¿Qué expectativa tienen en el CIMMYT para hacer conciencia de que necesitamos mayor disponibilidad de semillas, que sean más resistentes y mejoradas?

DR. BRAM GOVAERTS: Sí, es un tema muy importante. En el caso del maíz, México tiene mucho camino aún que recorrer con tecnologías como la hibridación, los híbridos pueden ayudarnos muchísimo en el campo mexicano sin tener que considerar siquiera el tema de los transgénicos, donde lo que se hace es tomar un gen de una especie diferente y ponerlo en el maíz. El CIMMYT se apega 100% a la normatividad del país, por eso es tan relevante que el país diseñe hacia dónde quiere ir. Países como Kenia han decidido permitir semillas transgénicas de maíz, pero México tiene obviamente una situación particular porque es el centro de origen del maíz. De aquí viene toda la biodiversidad y por eso debemos ser muy cautelosos en ese tema y articular esfuerzos para preservar esa biodiversidad, dado que es la riqueza potencial del futuro.

En los transgénicos hay diversos tipos, unos conectados con el uso de un producto, por ejemplo, resistentes a cierto herbicida; pero también hay transgénicos resistentes a sequía. Kenia ha trabajado transgénicos resistentes a la sequía por su contexto muy particular; pero en México no se trabaja con transgénicos no solo por el tema de la biodiversidad, sino porque en México hay temas que, en conjunto con el gobierno, la academia, la iniciativa privada y los productores, se han definido como prioritarios. Como, por ejemplo, si tenemos la autosuficiencia en maíz blanco, cómo mantenerla; las innovaciones agronómicas que son necesarias para mantener esa autosuficiencia; nuestra biodiversidad de maíces nativos; innovaciones de nutrición por su importancia para el consumo humano; y en las enfermedades de los cultivos que no piden permiso y son inteligentes. Por eso estamos trabajando sobre la línea de criollos OPS o semillas de polinización abierta e híbridos en la parte de maíz amarillo, que es el maíz que mayormente importamos.

Estamos convencidos de que también hay una ventana grande en la que el productor mexicano puede producir maíces para alimentar el ganado. Hay terrenos que no están aprovechados y rendimientos que podemos aprovechar también. Nos encontramos trabajando sobre híbridos con suficiente contenido nutricional y creo que México podría distinguirse en eso y en la proteína, porque finalmente lo que tratas de hacer ahí es engordar al ganado, lo cual significa que la proteína es muy importante. En esa línea, el CIMMYT está investigando híbridos que tengan alto contenido en proteína para que sea más eficiente en el alimento del ganado y también, en ese caso, son híbridos de polinización abierta, no transgénicos.