El año de 2024 significó para el sector primario de nuestro país una relativa continuidad de las condiciones estructurales en materia de precios y costos adversos para nuestros productores y equiparable en varias partes del mundo. Los efectos del cambio climático, particularmente por las elevadas temperaturas y persistente escasez de agua para fines de consumo humano y para la producción agropecuaria, nos marcó la imperiosa necesidad de una profunda revisión de nuestra infraestructura hídrica y de las tecnologías que nos permitan lograr la productividad necesaria para garantizar la rentabilidad de nuestra actividad.
A los problemas climáticos y de precios, se agregó finalmente el efecto de la desaparición formal de la FND, que constituía la única fuente de financiamiento directo para la producción primaria nacional. La situación de falta de crédito que hasta la fecha enfrentan los productores nacionales se agrava por la condición de deudores en moratoria que sufren la mayoría de los clientes originales de la FND. Esta condición de no-pago provocada, desatada y sin atender por la decisión administrativa de desaparecer la FND, está afectando a gran parte de la fuerza productiva del campo mexicano.
Así, el 2024 dio paso al 2025 como un año de grandes retos e incertidumbre que, una vez más, la CNPR ha asumido con entereza y voluntad de cambio y con carácter institucional ante las autoridades sectoriales y acompañando a la presidenta Claudia Sheinbaum en los esfuerzos y objetivos que deberán dar paso a nuevas circunstancias y oportunidades para el país y para el sector agroalimentario de México.
La CNPR ha cumplido 79 años de existencia, tal como se manifiesta en esta cuarta entrega de agromundo, en un devenir en que ha estado presente desde las luchas para la protección de la pequeña propiedad, en su razón original de existencia, hasta en los cambios estructurales que implicó la Reforma Constitucional de 1992, así como la suscripción del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos de Norteamérica. Hechos que habrían de culminar con una nueva regulación en materia de tenencia y propiedad agraria, así como con la apertura de la frontera norte para la importación de granos básicos, especialmente maíz. Ello en condiciones asimétricas de subsidios y apoyos para la producción entre los productores de Estados Unidos y los productores mexicanos.
En este devenir, el nuevo tratado suscrito en 2018, conocido como T-Mec, coincidió con una nueva política para el sector productivo de fuerte astringencia de apoyos al campo. El Tratado habrá de ser evaluado y posiblemente revisado en 2026; situación que es favorable para que el sector agroalimentario y, especialmente la CNPR, planteen sus inquietudes y posibles propuestas.
Un tema relevante que se presenta también en este número de nuestra revista gremial, es la renovación del cuerpo directivo. De acuerdo a la normatividad vigente, la renovación significó la ratificación del Comité Ejecutivo Nacional del período 2021-2024 para el período 2025-2028. De forma relevante se creó institucionalmente la cartera juvenil, que se fraguó con la participación activa de los jóvenes productores, algunos de ellos hijos de nuestros agremiados originales. El futuro de la CNPR es y será de los jóvenes, y nuestra obligación será la de generar e impulsar el compromiso con el país y con el campo mexicano.
En este número, de manera significativa, se incluye un apartado para transparentar la presencia de nuestras agremiadas, en su carácter de productoras, innovadoras y pioneras en el desarrollo de líneas de producción de gran potencial probado y desarrollado. Su accionar también en el ámbito de la integración de proyectos sociales, específicamente de mujeres, es notorio y digno de reconocimiento especial. Así, en la ganadería menor, la papaya, el coco y el mezcal, es innumerable la cantidad de mujeres que están llegando a hacer frente al trabajo en sus huertas y parcelas. La Organización reconoce su esfuerzo y se compromete siempre a apoyarlas en su labor.
Finalmente, en el presente número, además de la evolución del marco jurídico de la pequeña propiedad, se agrega información de la producción de ciertos productos, regiones económicas, usos agrícolas de las tierras, entre otros parámetros.
Este cuarto ejemplar de agromundo sale en un ambiente de cambios y transformación internacional y nacional. Cambios que habrán de marcar el futuro inmediato y las condiciones de la relación comercial de México con sus tres principales socios, Estados Unidos, China y la Unión Europea, sin dejar de lado a los países con los que se tienen acuerdos y tratados comerciales fraguados desde 1993.
Es tiempo de cambios y cambiar para ser mejores, para forjar un mejor país y un campo productivo y competitivo, con atención y justicia. Atención y justicia al esfuerzo productivo y al trabajo empeñado. Ese es nuestro compromiso. Juntos habremos de luchar para lograrlo; por el bien de nuestros productores y por el bien de todos y todas.